Resurrección vía Mahler

Escribo este post tras dos meses inactivo. Y lo escribo tras haber recibido algunos emails de amables lectores-as preguntándome el por qué de la reseñada inactividad. Pues bien, en primer lugar ha sido la falta de tiempo la causante principal de esta ausencia. Pero a ello ha contribuido también mi decepción e impotencia al encontrarme, buceando por la red, algunas de mis entradas plagiadas en otros portales. Y lo peor es que al inquirir a los propietarios de estas websites, la única explicación ha sido remitirme al redactor de contenidos externalizado, enfrascándome en un más que previsible proceso reclamatorio, improductivo y costoso económicamente. No tiene sentido entrar en gastos innecesarios más cuando yo no percibo ningún ingreso por este blog, pues lo hago por el simple placer de poder expresarme sin las cortapisas de linea editorial inherentes cuando trabajas desde un medio de comunicación.

Parece claro que la piratería digital es uno de los temas pendientes a resolver en nuestro país, comenzando la solución, no tanto por una presión normativa, sino más bien por un cambio hacia una actitud cívica en el ciudadano, de consciencia y respeto por el trabajo ajeno. Mucho trabajo hay pues por delante para normalizar esta situación.

Escribo estas lineas este domingo, nunca mejor dicho, de resurrección. Tras un sábado frío y lluvioso nos aparece una jornada dominical tiznada de sol de primavera en una ciudad limpia y con olor a tierra húmeda. After the rain...it comes the sun. Una verdad como un templo, por eso nunca decaigas, no pierdas jamás la esperanza por oscuro que sea tu presente.

Un café espeso arábigo, interponer mi rostro robando el calor de ese rayo de sol que entra por la terraza y el salón, meditar, cerrando los ojos, escuchando la sinfonía número 2 de Gustav Mahler, pieza que Catalunya Música transmite en directo desde el Auditori de Barcelona, en el tercer concierto que ofrece la OBC, la Orquesta Sinfónica más importante de este país, acompañada por tres coros sublimes, una soprano y una mezzosoprano, en un conjunto coral de casi 100 personas. La sinfonía 2 de Mahler es de las pocas que introduce corales lo que exige un despliegue humano pocas veces visto sobre un escenario.

Tuve la suerte en poder seguir el primer concierto, el del viernes pasado, sentado en platea a pocos metros del director de la OBC, Pablo González, un hombre de increíble parecido físico con el mismísimo compositor austriaco. La vida, la muerte, la resurrección, conceptos universales que fluyen a través de la maestría de Mahler, en cinco movimientos como cinco vidas, para estallar en ese último movimiento Auferstehung, de Resurrección, de vida, de luz, de emociones que te ponen la piel de gallina y te insuflan optimismo vital para seguir el duro camino.

Gracias Mahler, gracias OBC, gracias a los lectores que me habéis escrito preguntando por esta ausencia. After the rain, it comes the sun.


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