Noche de vino, rosas y uvas para un 2013 que pinta amargo
Acaba el año y empieza otro. Noche de encuentros al calor de gasnatural , buenas viandas, alcohol chisposo con la banda sonora de las risas enlatadas emitidas desde la caja tonta con las puñeteras uvas con pepitas de transición anual. Repetimos como autómatas el tradicional deseo de que tengas/tengamos un buen año. En el ranking de los deseos de fin de año encabeza, como tiene que ser, el de que tengamos salud. Sin salud lo demás se convierte en una chorrada universal. Le sigue lo de que tengamos o no perdamos el currele, muy por delante del deseo de tener amor. Y es que en los tiempos que corren en España no estamos para mandangas romanticonas. El año que ya nos sopla en el cogote pinta mal, muy mal. No quiero ser aguafiestas pero ya tenemos preparadas para enero toda una ráfaga de ametralladora consistente en incrementos en los precios, tasas e impuestos. Todas ellas muy por encima de la inflación. El poder adquisitivo bajará en picado en 2013, ergo descenderá aún más e