Noche de vino, rosas y uvas para un 2013 que pinta amargo

Acaba el año y empieza otro. Noche de encuentros al calor de gasnatural,  buenas viandas, alcohol chisposo con la banda sonora de las risas enlatadas emitidas desde la caja tonta con las puñeteras uvas con pepitas de transición anual. Repetimos como autómatas el tradicional deseo de que tengas/tengamos un buen año. En el ranking de los deseos de fin de año encabeza, como tiene que ser,  el de que tengamos salud. Sin salud lo demás se convierte en una chorrada universal. Le sigue lo de que tengamos o no perdamos el currele, muy por delante del deseo de tener amor. Y es que en los tiempos que corren en España no estamos para mandangas romanticonas. 

 El año que ya nos sopla en el cogote pinta mal, muy mal. No quiero ser aguafiestas pero ya tenemos preparadas para enero toda una ráfaga de ametralladora consistente en incrementos en los precios, tasas e impuestos. Todas ellas muy por encima de la inflación. El poder adquisitivo bajará en picado en 2013, ergo descenderá aún más el consumo. ¿Y sin demanda interna puede existir creación de actividad económica? La respuesta es no excepto para los sectores netamente exportadores.

 O sea, como diría una pija trasnochada, la cosa no será guay tía  La recesión seguirá como mosca cojonera y el Gobierno de Rajoy  tocará niveles de cabreo e indignación nunca vistos obra y gracia de doña Angela y sus recetas de prescripción euromédica. Y nos seguirán mareando la perdiz desde sus púlpitos esta casta política considerada ya como la más nefasta de los últimos tres decenios. Con ejemplos como la inefable señorona de Cospedal que recorta  a los más desfavorecidos en Castilla-La Macha como presidenta, o nos lanza reproches como secretaria general del PP, al tiempo que nos enteramos que la bicha cobra netos cerca de 160 mil euros al año del erario público. Sin contar otros ingresos y sobres del partido.

A pesar de todo aprovecho este blog para trasladarte mis mejores deseos para el año venidero, deseándote que  no pierdas tu ilusión ni tu confianza pues sin ellas de buen seguro que nada te irá bien.
Yo por mi parte me preparo para el enésimo atracón de estas fiestas, por aquello de que  mientras tengamos el buche lleno de buen yantar y mejor beber, el cerebro nos regalará dosis de endorfinas frescas que nos ayudan ver la vida menos gris.

Fuera de España preparo esta noche en casa de un familiar, una familia con posibles y que prometen el descorche de caldos míticos. Veremos que hay de cierto, de momento me dejan hacer esta foto que en los tiempos de marketing y poses que corren ya es mucho.

                         Os deseo que 2013 tenga tan buena pinta como estos bordeaux míticos

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