¡Déjate arrollar por el metro y me das una bonita foto!

Metro de Nueva York hace unos días. Un hombre de origen asiático es empujado a las vías por otro sujeto mientras espera la llegada del suburbano. El hombre cae a la vía del tren, se incorpora, e intenta desesperadamente escaparse trepando de nuevo al andén. El convoy se aproxima. Ningún pasajero le presta ayuda y como era de temer,  el metro le arrolla y acaba con su vida.

Y un fotógrafo freelance del New York Post que esperaba el metro en la misma estación, aprovecha la ocasión de carnaza segura para disparar su cámara y obtener esta foto que adjunto. Su mente perversa le ordena que primero es hacer las fotos gastando todo el carrete y después echar un cable al pobre hombre desesperado. Y el fotógrafo tiene la caradura de afirmar a posteriori, que no pudo hacer nada y que disparaba flashes con su cámara para advertir al maquinista.

El ser humano de hoy en día adquiere más información en un día que la que incorporaba un hombre del siglo XIX durante varios años. Las nuevas tecnologías nos han situado en el pedestal de la evolución animal. Pero detalles como éste nos demuestran que hemos retrocedido a niveles paleontológicos en solidaridad y empatía. En las grandes urbes se está desarrollando una subespecie humana más parecida a un ciber que a un ser humano con emociones y sentimientos. Tiempo al tiempo.

Momento en el que el metro arrolla al pobre hombre
Momento en el que el metro arrolla al pobre hombre
                                                 

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