Pujol: las trampas de un redentor catorce años después

Cuando media Catalunya aún sigue con las manos en la cabeza tras la confesión choricera de Pujol pater, la otra mitad seguimos flipados porque esa otra mitad no se oliese nada. Porque visto el camino recorrido poco o nada nos ha sorprendido. Y tirar de hemeroteca es el mejor google maps para otear ese camino polvoriento en el que muchos nos alertaron desde la cuneta por mucho que las castas catalanas se empeñasen en hacernos ver un oasis.

Un artículo de culto estos días es el que escribió mi admirado Gregorio Morán en el año 1999 para su columna sabatina de La Vanguardia. Digo que escribió pues no pudo publicarlo. La proximidad de las elecciones autonómicas motivó que en can Godó le censurasen, todo por no molestar al President.

En esta tarde canicular me preparo un refrescante russian black (vaso lleno de hielo picado, añado mitad de vodka escandinavo y mitad de licor de café mexicano Kahlúa, vertido despacito para que la densidad marque capas, decoro con granos de café) 

Hecho el brebaje me dispongo a releer una vez más el artículo censurado recuperando el que publicó en desagravio El Triangle, el único medio que se solidarizó en medio de la omertà más repugnante de los medios catalanes.  Enlace artículo Moran censurado

¡Ojo, han pasado 14 años, no catorce días desde que se escribió!

El mismo año que a Morán le censuraron, Pujol en el Aneto con sus hijos Pere, Jordi y Oriol

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