Jean Claude Juncker, el mamporrero de las multinacionales
El mayor escándalo que ha sucedido en Europa en los últimos años, se conoció ayer aunque no haya tenido, en mi opinión, la relevancia deseada. Resumiendo que es gerundio: el actual presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Juncker, ejerció antes como jefe de los ministros de Economía de la Eurozona. Tras la crisis mundial a partir de 2008, Juncker fue, en su cargo de presidente del Eurogrupo, el principal instigador en atar en corto a los países como España, acusándolos de despilfarradores e inyectándoles en vena severas pócimas de austeridad con drásticas reducciones salariales y recortes sociales incluidos.
Juncker, católico ferviente y neoliberal, nos aplicó mano dura, siguiendo sus principios y los de la Alemania merkeliana, con el resultado actual de una Europa más pobre y socialmente desigual, además de estancada en la generación de actividad económica.
Pero lo que da asco en esta historia es que Juncker, mientras apaleaba a los "despilfarradores" del sur de Europa, pactaba con 340 multinacionales su residencia en Luxemburgo, país del que también fue Primer Ministro, a cambio de rebajar el impuesto de sociedades del 29% al 1% -o incluso menos-
¿Hipocresía y egoísmo? No, ni mucho menos. Creo que este suceso pone al descubierto algo más grave y que intuimos cada vez con más fuerza: que esta Unión Europea es una falacia creada por las multinacionales y entidades financieras con unos políticos guiñapos a su servicio. La credibilidad en un proyecto común llamado Europa ha descendido a los infiernos. Ahora entendemos ese empecinamiento de la U.E. en no acabar con los paraísos fiscales en territorio europeo, o su docilidad ante los desplantes de Reino Unido, patria de la City, o su voluntariedad en defender antes el capital que el bienestar de los ciudadanos.
El periodista Ernesto Ekaizer relata todo este suceso con gran maestría en su blog Analítica Enlace blog
Juncker, católico ferviente y neoliberal, nos aplicó mano dura, siguiendo sus principios y los de la Alemania merkeliana, con el resultado actual de una Europa más pobre y socialmente desigual, además de estancada en la generación de actividad económica.
Pero lo que da asco en esta historia es que Juncker, mientras apaleaba a los "despilfarradores" del sur de Europa, pactaba con 340 multinacionales su residencia en Luxemburgo, país del que también fue Primer Ministro, a cambio de rebajar el impuesto de sociedades del 29% al 1% -o incluso menos-
¿Hipocresía y egoísmo? No, ni mucho menos. Creo que este suceso pone al descubierto algo más grave y que intuimos cada vez con más fuerza: que esta Unión Europea es una falacia creada por las multinacionales y entidades financieras con unos políticos guiñapos a su servicio. La credibilidad en un proyecto común llamado Europa ha descendido a los infiernos. Ahora entendemos ese empecinamiento de la U.E. en no acabar con los paraísos fiscales en territorio europeo, o su docilidad ante los desplantes de Reino Unido, patria de la City, o su voluntariedad en defender antes el capital que el bienestar de los ciudadanos.
El periodista Ernesto Ekaizer relata todo este suceso con gran maestría en su blog Analítica Enlace blog
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| Jean Claude Juncker ejerciendo lo que sabe hacer |
