El Gobierno saca los cuchillos con otro decretazo

Estamos en en el mes de julio lo que se traduce cada año en cañas con los amigos en terrazas, rebajas, sanfermines, el tour de francia y maniobras gubernamentales en la oscuridad. Centrémonos en la última costumbre, quizás la menos conocida aunque la más dañina.

Se acaba el período de sesiones en el Parlamento momento que el Gobierno del PP aprovecha para encender el motor diésel de su apisonadora de mayoría absoluta. Es la ocasión para meter en un mismo saco todos los retales que han quedado deshilachados a los largo de los últimos seis meses. Lo viene haciendo en los dos años anteriores pero es que este verano se ha pasado de rosca indignando a todos los grupos parlamentarios del Congreso. 

El jueves aprobará un decreto "omnibus" que modificará 25 leyes variopintas, desde la que regula el nuevo IRPF hasta la que marcará las reglas de la privatización de Aena. Leyes que afectan a nueve ministerios. Todo ello sin la calificación de la Mesa del Congreso y sin posibilidad de enmiendas en su tramitación con tan solo 10 minutos concedidos a cada grupo parlamentario para su debate -3 minutos para el grupo mixto- 
En el PP se palpa el sentimiento del yo me lo guiso y yo me lo como. ¡A tomar por culo la división de poderes, el respeto institucional y el principio de legalidad! Aquí lo que impera es aquel principio que Cañete lanzaba a los cuatro vientos hace unos años, el principio de estosaleporcojones.

No me extraña que el PSOE tenga previsto recurrir al Tribunal Constitucional este decretazo o que Izquierda Plural haya decidido romper el diálogo con el Gobierno. 

Si el PP no rectifica lo que tendrían que hacer sus señorías tan contrariadas es ausentarse del pleno cuando toque debatir y votar esta cacicada gubernamental. Porque a quien ningunea este decretazo es en primer lugar a los propios diputados de la oposición.

Nosotros nos lo guisamos, nosotros nos lo comemos

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