Ana Rosa Quintana fomenta el morbo

En diversas ocasiones he hablado en este blog de la televisión basura o la definición que más me gusta, la de periodismo mierda. Mediaset se nutre en muchos programas de este excremento obviando un mínimo de moralidad.Y digo esto porque hoy en el programa de Ana Rosa Quintana en Telecinco, al que me asomé por pura casualidad, he asistido a un akelarre que me ha producido vergüenza ajena.

La situación es la siguiente: hace unos días una niña de 18 meses entró en urgencias en un  centro de salud del pueblo asturiano de Villares de Abajo, falleciendo poco después. Días antes se había atragantado al ingerir accidentalmente unas palomitas de maíz, por lo que fue ingresada en el Hospital Universitario de Oviedo en el que se solo se le practicó una radiografía de tórax, dándosele el alta 24 horas después. Todo apunta a un nuevo caso de negligencia médica con el resultado tan triste y doloroso de la muerte de una pequeña de añito y medio.

Que el programa de Ana Rosa se haga eco de esta trágica información otorgando la palabra a los destrozados padres en su denuncia, no es censurable y hasta cierto punto demostraría cierta catadura moral y periodismo del bueno. Lo censurable son las formas.

Pero ya sabemos que para A.R. lo que menos le importa es ayudar a mitigar el dolor ajeno, lo ha demostrado en su larga trayectoria en la que se ha equivocado muchas veces al prender la mecha del morbo para que estalle el share y de paso su cuenta corriente.

Llenar su bolsillo debería hacerlo con propuestas audiovisuales interesantes, profesionales y novedosas y no con el facilón primer plano del llanto de una madre destrozada que exclamaba "Mi hija murió atragantada en mis brazos hace 5 días" con un efecto musical preparado y un rótulo a toda pantalla "Muere por una palomita de maíz"

Y para ello se ayuda de su lugarteniente Nacho Abad, de profesión escultor del morbo, un impresentable que en mitad de los lloros de una madre que acaba de enterrar a su niña por una negligencia médica, le insiste en saber sí "guarda en el cajón todos los informes médicos de estos días" Solo le faltó darle el número de un bufete amigo.

Menos mal que a su lado se sentaba una doctora de nombre Robledo, la cual, alejándose de la baja estofa moral de sus compañeros de plató, ofreció con mucho tacto, asesoramiento a los padres hundidos en el tortuoso camino que les espera ahora y que no es otro que el de pleitear contra la Sanidad Pública.

Entradas populares de este blog

El día que el surf tocó el cielo en Teahupoo Tahití