¡Qué te pego por Alá!
Está corriendo como la pólvora por las redes sociales el vídeo que os inserto.
En el vídeo vemos a un docente de la Residencia de Estudiantes Marroquíes-Musulmanes de Melilla tomarla a bastonazos en mitad de una clase contra un pobre chaval de 10 años que grita atemorizado. Otro alumno lo grabó con el móvil y lo ha colgado en la red. Seguramente no era la primera vez que este profe dictaba su particular clase magistral con ensañamiento asesino, aunque sí desearía que fuese la última. O al menos la última vez que este docente imparte sus lecciones a sangre y fuego en territorio español.
Porque lo increíble de toda esta historia es que nada se puede hacer pues esta residencia de estudiantes musulmanes, jerárquica y funcionalmente depende del Reino de Marruecos y no de España, aunque se encuentra en territorio español desde 1960. Otra de las incongruencias que no hay por donde cogerla. ¿Por qué somos tan gilipollas los españoles? Será el buenismo inherente en nuestro genes. ¿La cultura de las civilizaciones? ¿Lo permitiría el rey alauita si cambiamos Melilla por Tánger y el islam por el cristianismo católico?
Ahora ya han salido los gerifaltes de la Ciudad Autónoma, desde el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, hasta el Consejero de Educación, poniendo el grito en el cielo. El primero ha dicho que el asunto ya se ha puesto en manos del Juzgado de Instrucción número 4 y el otro no se qué de que este centro sobra en Melilla.
A buenas horas. Y de buen seguro que alguien desde Madrid razonará que no podemos injerir en asuntos jurisdiccionalmente pertenecientes a otro Estado.
Lo dicho, que somos gili...
En el vídeo vemos a un docente de la Residencia de Estudiantes Marroquíes-Musulmanes de Melilla tomarla a bastonazos en mitad de una clase contra un pobre chaval de 10 años que grita atemorizado. Otro alumno lo grabó con el móvil y lo ha colgado en la red. Seguramente no era la primera vez que este profe dictaba su particular clase magistral con ensañamiento asesino, aunque sí desearía que fuese la última. O al menos la última vez que este docente imparte sus lecciones a sangre y fuego en territorio español.
Porque lo increíble de toda esta historia es que nada se puede hacer pues esta residencia de estudiantes musulmanes, jerárquica y funcionalmente depende del Reino de Marruecos y no de España, aunque se encuentra en territorio español desde 1960. Otra de las incongruencias que no hay por donde cogerla. ¿Por qué somos tan gilipollas los españoles? Será el buenismo inherente en nuestro genes. ¿La cultura de las civilizaciones? ¿Lo permitiría el rey alauita si cambiamos Melilla por Tánger y el islam por el cristianismo católico?
Ahora ya han salido los gerifaltes de la Ciudad Autónoma, desde el presidente de Melilla, Juan José Imbroda, hasta el Consejero de Educación, poniendo el grito en el cielo. El primero ha dicho que el asunto ya se ha puesto en manos del Juzgado de Instrucción número 4 y el otro no se qué de que este centro sobra en Melilla.
A buenas horas. Y de buen seguro que alguien desde Madrid razonará que no podemos injerir en asuntos jurisdiccionalmente pertenecientes a otro Estado.
Lo dicho, que somos gili...
