Se marchó Adolfo Suárez, pegamento de nuestra democracia

Se marchó Adolfo Suárez, el primer Presidente del Gobierno en la democracia. Se fue físicamente porque hacía más de una década que el terrible Alzheimer ya lo había dejado ausente en esos momentos en los que la caprichosa vida pasa lista. Dicen que fue un gran hombre y un correcto Presidente en los 1670 días que ocupó la Moncloa, los días que hay entre su nombramiento en 1976 y su dimisión en 1981. Tiene en su honor ser el pionero en reclamar el santo grial de la política que no es otra cosa que clavar la bandera de tu partido en el territorio del centro.

Dicen que sin Adolfo Suárez no habría existido la transición en España, algo que suscribo. Si no hubiese sido miembro destacado del Movimiento en la Dictadura, el Rey no habría podido situarlo como avanzadilla de sus planes democráticos pues la vieja guardia habría sacado los cuchillos. Ambos, como caballo de Troya en los madriles grises del tardofranquismo, posibilitaron una Transición y la llegada de la democracia, uniendo, aguantando, tolerando, dialogando, siempre con la sonrisa y la mirada cómplice de Adolfo seduciendo a todos, con valentía y arrojo ventilaron el viejo armario con hedor a naftalina. Mucha mano izquierda, coraje y consenso se ha de tener para poder gobernar este país en los años sangrientos del terrorismo de ETA y del GRAPO y con una extrema derecha amenazadora en permanente estado de alerta.



Suárez ayudó a sentar las bases de nuestra nueva democracia y de nuestro incipiente Estado siendo eso lo que hemos de recordar hoy. Sin embargo produce cierta vomitera escuchar los elogios desmesurados vertidos por políticos que le hicieron la vida imposible en su momento. Tanto de su extinta UCD como de la oposición de entonces. Porque en el juego político no todo debería estar permitido por mucho que la supervivencia en el interior de los partidos obligue a un permanente juego sucio.

Suárez con 27 años vestido de novillero, a la izquierda su futura mujer( Foto Propiedad Suárez Illana)

Del Presidente Suárez me quedo con estos 3 momentos audiovisuales:

1. Su eslogan en la campaña electoral de las legislativas de 1977, el "Puedo prometer y prometo" ideado por su entonces Director de Prensa, el periodista Fernado Ónega, que le dio la victoria al frente de la UCD en las primeras elecciones legislativas tras la dictadura de Franco.




2. Su dimisión en 1981 como Presidente del Gobierno fatigado de las puñaladas por la espalda.




3. Su entereza y valentía en el asalto el 23 de febrero de 1981 al Congreso. 

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