Entrevista al Papa Francisco de Henrique Cymerman
Cuatro emitió ayer la deliciosa entrevista que el periodista luso-israelí, Henrique Cymerman, realizó la semana pasada al Papa Francisco, charla que ya pudimos leer en el avance que publicó La Vanguardia hace unos días.
Una buena oportunidad para conocer más en profundidad a este Pontífice que ha llegado, no para revolucionar la Iglesia Católica, sino para retornar -como él mismo dice- a las raíces del cristianismo, a "su identidad"
Fue una conversación fluida y afable, con ese puntito de confianza que dan las entrevistas en las que entrevistado y entrevistador se conocen de antemano. Tanto que incluso el Papa se atrevió a hacer un chiste: "En el Vaticano, hay curas a los que no les gustan los judíos. Yo vi a un grupo y les dije: había un grupo de sacerdotes que maldecían a los judíos frente a un dibujo de Jesús y de María en la pared. Cuando ellos estaban diciendo esas cosas, Jesús salió de la pintura y le dijo a María: mamá, vámonos de aquí que tampoco nos quieren”.
En la entrevista reafirma su compromiso por una Iglesia pobre y humilde volcada con los más desfavorecidos y siguiendo los principios del Evangelio. Abomina de la sociedad contemporánea en la que parece que lo único que importa es el dinero, un sistema que está creando terribles desigualdades sociales, "un sistema mundial económico que no es bueno" al haber desplazado al hombre de su centro de gravedad sustituyéndolo por el dinero.
No se considera un iluminado por los cambios que está aplicando en el seno de la Iglesia, en especial tras la creación de un consejo exterior al Vaticano que le asesora. También habla de los independentismos diferenciando los que son por emancipación de los que son por secesión y a pesar de la insistencia de Cymerman, no quiso "mojarse" con el caso de Catalunya aunque matizó que "la secesión de una nación hay que tomársela con pinzas"
Preguntado por cómo le gustaría que le recordase la Historia, el Papa afirma conformarse con que se le recuerde como "un buen tipo que hizo lo pudo y que no fue tan malo".
Una buena oportunidad para conocer más en profundidad a este Pontífice que ha llegado, no para revolucionar la Iglesia Católica, sino para retornar -como él mismo dice- a las raíces del cristianismo, a "su identidad"
Fue una conversación fluida y afable, con ese puntito de confianza que dan las entrevistas en las que entrevistado y entrevistador se conocen de antemano. Tanto que incluso el Papa se atrevió a hacer un chiste: "En el Vaticano, hay curas a los que no les gustan los judíos. Yo vi a un grupo y les dije: había un grupo de sacerdotes que maldecían a los judíos frente a un dibujo de Jesús y de María en la pared. Cuando ellos estaban diciendo esas cosas, Jesús salió de la pintura y le dijo a María: mamá, vámonos de aquí que tampoco nos quieren”.
En la entrevista reafirma su compromiso por una Iglesia pobre y humilde volcada con los más desfavorecidos y siguiendo los principios del Evangelio. Abomina de la sociedad contemporánea en la que parece que lo único que importa es el dinero, un sistema que está creando terribles desigualdades sociales, "un sistema mundial económico que no es bueno" al haber desplazado al hombre de su centro de gravedad sustituyéndolo por el dinero.
No se considera un iluminado por los cambios que está aplicando en el seno de la Iglesia, en especial tras la creación de un consejo exterior al Vaticano que le asesora. También habla de los independentismos diferenciando los que son por emancipación de los que son por secesión y a pesar de la insistencia de Cymerman, no quiso "mojarse" con el caso de Catalunya aunque matizó que "la secesión de una nación hay que tomársela con pinzas"
Preguntado por cómo le gustaría que le recordase la Historia, el Papa afirma conformarse con que se le recuerde como "un buen tipo que hizo lo pudo y que no fue tan malo".
Entrevista al Papa Francisco
