Finaliza 4ª temporada de Juego de Tronos dejando más adictos

Es lunes por la tarde. Tomando un café con hielo y fumando un Reig mini visiono -por canales no muy legales-  el último episodio de la cuarta temporada de Juego de Tronos. La curiosidad mató al gato y yo soy ahora mismo el más gatuno del universo. El comentario elogioso en facebook de un amigo que anoche lo vio por el canal HBO de Estados Unidos, me ha empujado a buscarlo por internet sin resistir esperar a verlo esta noche por Canal +

No divulgaré nada por respeto a los que esperáis ansiosamente este episodio final de temporada. Sí os diré que refrendo a los guionistas David Benioff y Dan Weiss, los cuales nos avanzaron que este  iba a ser el final de temporada más impactante y redondo que habían rodado hasta la fecha. Estoy de acuerdo aunque no alcance la belleza de la batalla en el Muro del capítulo anterior, en mi opinión el momento culminante de esta cuarta temporada.
Eso sí, continua la intriga en los Siete Reinos alcanzando su momento de máxima tensión, con la muerte acechando a todos, ya se apellide Lannister, Stark o Targaryen. Y facturan un producto, el último capítulo de la cuarta temporada, soberbio. De esos que ya no se ven en el cine y menos aún en la televisión.

 De esos que sirven para alimentar a los que opinamos que las series de ficción anglosajonas han sustituido a las grandes películas del cine como cúspide del entretenimiento audiovisual. Un episodio titulado The Children magistralmente dirigido por Alex Graves, con efectos especiales de alto voltaje, con la música envolvente de Ramin Djawadi, con un trabajo actoral remarcable.

Todo queda abierto cara a la próxima quinta temporada en el futuro de personajes como Jon Nieve, Tyrion, Daenerys o Arya


 Es lunes por la tarde y apurando el café con hielo acabo acabo flipado con otro capítulo de la posiblemente mejor serie de ficción en la historia de la televisión. La serie de los 225 actores regulares, la de los mil extras, la de los 6 millones de dólares por episodio, la de los 20 millones gastados en el episodio piloto, la de la más vista en la historia de la HBO. La serie que ha creado un nuevo lenguaje narrativo en la ficción, con más giros que el tiovivo de mi pueblo.

Pero lo más importante es que me ha trasladado durante una hora de mi rutinaria vida a un mundo de fantasía y magia, de evasión deliciosa y reconfortante. Y este es el récord más importante de un producto audiovisual que estoy seguro seguirá dando que hablar durante muchos años.

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