El caso de Manuel Lamela, desvergüenza en la Sanidad madrileña

Una vez escuché a un tertuliano sabelotodo decir acertadamente que en España existen dos personas que carecen de vergüenza: el chiquilicuatre que nos representó en Eurovisión y un político.

Esa frase me ha venido a la memoria en infinidad de ocasiones en las que he relatado en este blog corruptelas y trapicheos de miembros de esta casta política que tanto daño lleva infligiendo a nuestra sociedad en los últimos 20 años. Y hoy tenemos otro ejemplo que más que vergüenza provoca arcadas que ni con primperan te las quitas.

La historia se resume en un político que con dinero público inaugura un hospital. Ese mismo político semiprivatiza más tarde la gestión de dicho centro de salud, a continuación deja la política para meses más tarde entrar en el consejo directivo de la empresa a la que adjudicó la gestión del centro sanitario. Fin del círculo.
El político es el ex-consejero de Sanidad de la Comunidad de Madrid, Manuel Lamela, el centro es el Hospital del Tajo en Aranjuez y la empresa es Assignia Infraestructuras, la cual se adjudicó la concesión por 270 millones de euros en 30 años.

Un hombre sin vergüenza es un sinvergüenza si seguimos el silogismo resumido. Ergo Lamela es otro de los sinvergüenzas cachorros nacidos de las entrañas de mama Espe que han encontrado acomodo en las empresas a las que ayudaron con su gestión privatizadora. 

El mismo que hace tres años creó la empresa Madrid Medical Destination, al objeto de fomentar el turismo sanitario en los madriles, gracias a ayudas económicas del "establishment pepero" y con clientes de renombre que antes llamaban a las puertas de su despacho oficial. Esto es como aquel juego de niñas en la plaza que con tiza marcaban cuadrados y saltaban. Aquí se salta de lo publico a lo privado. Antes me sentaba delante de las banderas y el retrato de la Doña,  ahora cruzo mis martinelli al otro lado de la mesa con los bolsillos llenos.

Otro ex-consejero de la Sanidad madrileña, Juan José Güemes, también nos demostró que sabe saltar a la pata coja con gran pericia, al verse obligado hace un tiempo a presentar la dimisión del Consejo de la empresa especializada en analíticas, Unilabs, al conocerse que la había favorecido con una privatización siendo consejero de la Comunidad.

O tenemos los casos de las corruptelas en la sanidad catalana que ya denuncié en otra entrada Enlace post con el hasta hace poco presidente de la Comisión de Sanidad en el Parlament de Catalunya, el convergente Xavier Crespo, que siendo alcalde de Lloret había inflado sus bolsillos creando una empresa que gestionó servicios sanitarios de los hospitales de la zona.

Como dijo Esperanza Aguirre el día que inauguró el Hospital del Tajo en Aranjuez en 2007, foto que adjunto abajo, "Sabemos que el dinero de los contribuyentes como mejor se usa es invirtiéndolo en Sanidad".
 Ese día a su lado, Lamela asentía con la cabeza las afirmaciones de la jefa. Pensaba seguro en los pingües beneficios que le esperaban con esas "inversiones en Sanidad" tan neoliberales de puertas giratorias.

Esperanza y Lamela en la inauguración del Hospital del Tajo en Aranjuez           

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