Amistades peligrosas del Presidente de la Xunta

El presidente de la Xunta de Galicia, siendo a finales de los años noventa ya un dirigente del PP gallego además del número 2 en la Consejería de Sanidad, mantuvo una amistad con Marcial Dorado, entonces un conocido contrabandista que años después se transformaría en uno de los narcotraficantes más importantes de España motivo por el cual duerme en la trena desde hace años.

Lo atestiguan las fotografías que se han hecho públicas en la que aparece  un joven Núñez Feijóo disfrutando de paseos en barca en compañía de Dorado.

 Feijóo con el narco Dorado en el yate del segundo a finales de los 90
                                 
Feijóo se ha justificado diciendo que en aquellos años de paseos en yate, viajes y comilonas en la mansión del narco, desconocía la actividad de su anfitrión pues "creía que era un empresario sin más"

Nimios errores de juventud pensará alguno. El que Marcial Dorado se dedicaba entonces al contrabando creo que lo conocían hasta los "mouchos, coruxas, sapos e bruxas" como diría un viejo conocido de Pontevedra  -que por cierto hace unas queimadas de muerte-

En cualquier país democrático la difusión de estas fotos, aún presumiendo que el presidente gallego dice la verdad, es decir que era algo ingenuo, se habrían traducido de buen seguro en una dimisión irrevocable del cargo público más importante de Galicia.

Ayer, en el Parlamento Gallego se discutía  con una nueva retahíla de preguntas formuladas por la oposición al presidente de la Xunta sobre este tema. Un filón,  que hay que decirlo también,  ha encontrado la oposición gallega para desgastar al PP con este asunto.

 Entre las preguntas formuladas destaca la formulada para conocer el paradero de los contratos que el Gobierno de la Xunta, presidido entonces por Manuel Fraga, concedió a empresas que el mafioso Dorado utilizaba para blanquear los beneficios del contrabando. Contratos que han desaparecido. Ni mi admirado Juan Tamarit habría hecho desaparecer mejor con el mágico arte del birlibirloque. 

Y en estas que el presidente de la Xunta, respondiendo a una pregunta del líder del BNG, se mete en camisa de once varas y de pasada le dice a Francisco Jorquera que no imite a su antiguo jefe, Xose Manuel Beiras, ahora líder de Alternativa Galega de la Esquerda -escisión del BNG- recordando el episodio en el que Beiras le tiró un zapato a Fraga en 1993.

Y Beiras, que será lo que sea, pero cojones tiene más que un toro de Miura, se levanta de su escaño encarándose con el presidente de la Xunta  como podéis ver en el vídeo que os inserto.

Y muchos han puesto el grito en el cielo por esta escena de bronca más propia de un patio de colegio concertado. Y tienen razón pues un hecho así no se puede repetir y menos en todo un Parlamento Galego.

Pero yo les preguntaría a estos bienpensantes de la sociedad gallega: ¿una persona que mantuvo una estrecha amistad con uno de los narcos más importantes de Galicia, siendo ya en aquella época un alto cargo de la Xunta, tiene soporte moral para seguir ejerciendo como el Presidente de todos los gallegos y gallegas?

 Yo lo tengo claro. Porque o eres un ingenuo o eres un cómplice. Y una u otra característica es incompatible con la actitud que se le exige al Presidente de la Xunta de Galicia.


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