Arias Cañete vende al mejor postor La Almoraima

Imagina que vivimos en un país desarrollado, con politicos mínimamente honestos y competentes, en el que nuestro Estado se convierte en el  propietario de un paraiso terrenal tras una expropiación. En este país nos alegraríamos por tener la suerte en disponer de una joya de la naturaleza de semejante calado para disfrute de todos sus ciudadanos, nosotros, esencia paisajística en tiempos de cemento y hormigón. En este país los Gobernantes de lo Público defenderían y preservarían a capa y espada la continuidad en el tiempo de dicho territorio por el bien de sus ciudadanos presentes y de las futuras generaciones.

Pero lamentablemente España no pertenece a ese grupo de países desarrollados para los que su amor a la patria comienza por su amor a los paisajes y sus enclaves naturales. Aquí muchos de los que se llenan la boca hasta atragantarse con las sílabas ess-pa-ña,  son capaces en vender a su puta madre si en ello huelen billetes de 500. Son los mismos que ya han vendido la costa mediterránea al mejor postor a sabiendas que sus nietos nunca verán el litoral y las playas que ellos mismos disfrutaron en su niñez.

El Ministro del sinreMedio Ambiente, Miguel Arias Cañete, ejemplifica este despropósito político con la Naturaleza. Por sus leyes los conoceréis decía el profeta de las ondas y a Cañete ya le conocemos sobradamente. Su última aventura es la de vender al mejor postor las 14 mil hectáreas de La Almoraima, el mayor latifundio de España ubicado en el Parque Natural de los Alcornocales en Cádiz. La finca forestal más grande de la península. Un paraje  idílico expropiado en su día a la Rumasa de Ruiz Mateos y que ahora nuestro Ministro quiere vender a quien le pague los 300 millones fijados en su venta.

Los más perjudicados por esta venta son los andaluces, en especial los gaditanos que trabajan sus campos de cereales y algodón, pero también  lo serán esos 1500 ciervos, 3000 gamos  y 1500 muflones pues el objetivo es convertir La Almoraina en un resort de lujo y caza para millonetis. Y luego vendrán las recalificaciones de terrenos adyacentes primero y del propio parque después, que ya nos conocemos esta historia señor Cañete. Por no suponer las comisiones que siempre acompañan estos movimientos inversionistas.

La Junta de Andalucía se opone a esta privatización y lucha por evitarlo aunque me temo que poco podrá hacer ante estos depredadores de lo Público como nuestro estimado Ministro, tan eficaz en Agricultura pero tan dañino con el Medio Ambiente.

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