¿Se precipita Sandro Rosell al dimitir?
Sandro Rosell ha presentado su dimisión como presidente del Barça sin justificar claramente sus razones. Llegó al cargo a mediados del mes de junio de 2010 afirmando en su discurso de investidura que "sería el presidente de todos" calificando su nueva responsabilidad como "un compromiso" en el que "no os fallaré" dirigido a la masa social de la Entidad.
El compromiso se ha roto definitivamente tras el escándalo de los contratos ocultos en el fichaje de Neymar por los que la Audiencia Nacional le investiga por una presunta "apropiación indebida por distracción". Un asunto que se le ha escapado de las manos como dice mi admirado Ramon Besa. Rosell ha esgrimido también las amenazas de muerte recibidas estos meses como otra de las razones que le han empujado a la dimisión. Le sustituirá el vicepresidente primero Josep Maria Bartomeu hasta final de mandato hecho que muchos socios cuestionan pues consideran que se deberían convocar ya elecciones anticipadas.
Sandro Rosell se sentó en el trono culé con demasiadas muescas en su fusil y una historia así nunca acaba bien a no ser que seas John Wayne. Empezando por el ex presidente Laporta y ex directivos muy queridos en el Madrid hostil como Soriano y acabando por mitos del club como Cruyff y Guardiola. Conspiró demasiado en el periodo de interregnos cuando pasó de ser el vice a ciudadano Sandrusco; o no ejerció como presidente integrador cuando llegó al cargo manteniendo erróneamente sus cuitas. O falló también en sus relaciones con los medios al ocultarse siempre que podía, sin asumir que la labor de un presidente del Barça es coger el toro por los cuernos poniendo la cara a quien chiste a la Entidad. Y por si fuera poco estalló el asunto de sus actividades sospechosas en 2006 como testaferro del ex presidente de la Federación Brasileña Ricardo Teixiera. Enlace información
En la oposición oculta a Laporta, Rosell celebró que el diario El Mundo le acusase de meterse pa la saca diez milloncejos por asesorar su despacho a un magnate de Uzbekistán, más interesado éste en el Barça que en el letrado Jan, o tildó de sumisos a los medios afines a la directiva. Esta semana el mismo diario le acusó de esconder el coste real del fichaje de Neymar, que de 57 millones declarados podría ser al final de 95 millones. Pero esta vez no se alegró sino todo lo contrario, mostró su lado más vehemente con ese "¡ya vale!" ante la insistencia de unos periodistas que solo deseaban hacer bien su trabajo, con las mismas subterfugias maneras con las que se negó a aclarar su turbio pasado con Teixeira cuando el caso estalló en la prensa hace meses.
Por la boca muere el pez dice el proverbio y de eso hemos visto mucho en sus tres años y medio de mandato. Como cuando criticó la opacidad de los directivos Soriano e Ingla al buscar patrocinador en China, el mismo oscurantismo que aplicó ejerciendo como máximo mandatario azulgrana en los contratos firmados con los cataríes y denunciado por muchos socios. O sus contradicciones en el lifting del Camp-Nou, oponiéndose cuando Laporta hizo público el proyecto de Norman Foster por considerar Rosell que los 250 millones presupuestados entonces eran un despilfarro, mientras que como presidente se planteó incluso hacer un estadio nuevo que bien podría haber costado cinco veces más.
Un periodista cercano a Rosell me comentó una vez que una de las cosas que más echaba de menos desde que ejercía como el máximo mandatario del FC Barcelona era el no poder montar sus cenitas de viernes con amigos en las que solían escoger buenos quesos y caldos blancos sublimes para zampárselos al calor del hogar y de la amistad. Dicen que no hay mal que por bien no venga, ahora podrá volver a una vida real más tranquila.
En todo caso, como cantaba Sabina, "como te digo una o te digo una co, la cosa es que a Sandro Rosell le honra su dimisión en un país lleno de chanchulleros para los que dimitir no existe en el diccionario, o de presidentes que recalifican y permutan en el calor político del palco.
El compromiso se ha roto definitivamente tras el escándalo de los contratos ocultos en el fichaje de Neymar por los que la Audiencia Nacional le investiga por una presunta "apropiación indebida por distracción". Un asunto que se le ha escapado de las manos como dice mi admirado Ramon Besa. Rosell ha esgrimido también las amenazas de muerte recibidas estos meses como otra de las razones que le han empujado a la dimisión. Le sustituirá el vicepresidente primero Josep Maria Bartomeu hasta final de mandato hecho que muchos socios cuestionan pues consideran que se deberían convocar ya elecciones anticipadas.
Sandro Rosell se sentó en el trono culé con demasiadas muescas en su fusil y una historia así nunca acaba bien a no ser que seas John Wayne. Empezando por el ex presidente Laporta y ex directivos muy queridos en el Madrid hostil como Soriano y acabando por mitos del club como Cruyff y Guardiola. Conspiró demasiado en el periodo de interregnos cuando pasó de ser el vice a ciudadano Sandrusco; o no ejerció como presidente integrador cuando llegó al cargo manteniendo erróneamente sus cuitas. O falló también en sus relaciones con los medios al ocultarse siempre que podía, sin asumir que la labor de un presidente del Barça es coger el toro por los cuernos poniendo la cara a quien chiste a la Entidad. Y por si fuera poco estalló el asunto de sus actividades sospechosas en 2006 como testaferro del ex presidente de la Federación Brasileña Ricardo Teixiera. Enlace información
En la oposición oculta a Laporta, Rosell celebró que el diario El Mundo le acusase de meterse pa la saca diez milloncejos por asesorar su despacho a un magnate de Uzbekistán, más interesado éste en el Barça que en el letrado Jan, o tildó de sumisos a los medios afines a la directiva. Esta semana el mismo diario le acusó de esconder el coste real del fichaje de Neymar, que de 57 millones declarados podría ser al final de 95 millones. Pero esta vez no se alegró sino todo lo contrario, mostró su lado más vehemente con ese "¡ya vale!" ante la insistencia de unos periodistas que solo deseaban hacer bien su trabajo, con las mismas subterfugias maneras con las que se negó a aclarar su turbio pasado con Teixeira cuando el caso estalló en la prensa hace meses.
Por la boca muere el pez dice el proverbio y de eso hemos visto mucho en sus tres años y medio de mandato. Como cuando criticó la opacidad de los directivos Soriano e Ingla al buscar patrocinador en China, el mismo oscurantismo que aplicó ejerciendo como máximo mandatario azulgrana en los contratos firmados con los cataríes y denunciado por muchos socios. O sus contradicciones en el lifting del Camp-Nou, oponiéndose cuando Laporta hizo público el proyecto de Norman Foster por considerar Rosell que los 250 millones presupuestados entonces eran un despilfarro, mientras que como presidente se planteó incluso hacer un estadio nuevo que bien podría haber costado cinco veces más.
Un periodista cercano a Rosell me comentó una vez que una de las cosas que más echaba de menos desde que ejercía como el máximo mandatario del FC Barcelona era el no poder montar sus cenitas de viernes con amigos en las que solían escoger buenos quesos y caldos blancos sublimes para zampárselos al calor del hogar y de la amistad. Dicen que no hay mal que por bien no venga, ahora podrá volver a una vida real más tranquila.
En todo caso, como cantaba Sabina, "como te digo una o te digo una co, la cosa es que a Sandro Rosell le honra su dimisión en un país lleno de chanchulleros para los que dimitir no existe en el diccionario, o de presidentes que recalifican y permutan en el calor político del palco.
Así empezó Sandro, 14/06/2010...
... y así acabó Rosell, 23/01/2014
