En Navalcarnero se pasan por la piedra la austeridad

El lector que me lee desde hace tiempo seguramente conozca mi predilección por reflejar cualquier caso de despilfarro que detecte por las españas. La bancarrota generalizada en las arcas de administraciones locales y autonómicas ha disminuido los casos despilfarradores aunque desgraciadamente no ha conseguido extinguirlas. Muchas inversiones inútiles van ligadas a corruptelas inherentes en el ADN del homo político íbero, por lo que mientras no se mate al perro no se acabará con la rabia.

El último ejemplo despilfarrador nos viene de la población madrileña de Navalcarnero. Desde hace casi veinte años gobierna el PP con un tal Baltasar Santos como alcalde. Un hombre que tiene predilección por los cruceiros, ya saben, la cruces de granito tan típicas en Galicia y en especial por los lugares en los que discurre el Camino de Santiago.

Este alcalde, haciendo honor a su apellido, Santos, parece que le ha cogido gustito a eso de plantar cruceiros por el pueblo, entiendo que en un acto de fe, pío y honesto. Por ello ha repartido aproximadamente 150 cruces en una localidad de 25 mil habitantes. Y escribo aproximadamente porque nadie en el Consistorio tiene la puñetera idea del número de cruces instaladas. Las hay de todos los tamaños y gustos, gigantes y más pequeñas, con Vírgenes o Cristos en el frontal, con o sin escalones. Así hasta 150. Si sumamos mojones, pilas, columnas y demás mandangas, calculan que el número de piezas de granito superaría el millar.

Baltasar Santos, el hombre que susurraba a los granitos

Si les digo que el cruceiro más barato, el de saldo, sale por 600 euros; si les digo que Navalcarnero arrastra una deuda de 250 millones de euros, a 10 mil euros por ciudadano si repartimos a escote. Si les digo que el gasto en granito para las cruces ha sido de 10 millones o que desde hace 5 años no tiene presupuestos municipales, prorrogándose año tras año con ingresos ficticios pues son los de antes de la crisis. Si les digo que hace décadas que no se construye un equipamiento importante. Si les digo que Intervención y Tesorería Municipal se oponen a los dispendios graníticos. Y si les digo que los impuestos municipales se han incrementado a lo bestia, habiéndose eliminado también todo tipo de exenciones y bonificaciones, me dirán que al menos los lugareños poseen bonitos elementos de granito para distraer la vista y ejercitar una vida contemplativa.

¿Blanco y en botella? leche, premio para el caballero. No hace falta ser muy suspicaz para intuir que tras este despilfarro hay una ingente actividad comisionista y de sobres. Despilfarro y corrupción son uña y carne como sabemos.

Lo extraño, lo realmente misterioso como para hacer un monográfico en la nave del misterio de Iker, es conocer el cómo y el porqué este inútil gobierna Navalcarnero desde hace 20 años. ¿Será que todos sus vecinos son místicos o peor, que son místicos trabajadores de la piedra?

Ojo que he escrito la piedra, no lucía la piedra. Sólo faltaría meter algo de pornografía en este turbio asunto.

Cruces y mojones en Nalvarcanero: paisaje apocalíptico

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