Asalto a supermercados andaluces para combatir el hambre
¿Acción demagógica o acto solidario?
Pues en los foros las opiniones están muy divididas ante la acción esta mañana de miembros del Sindicato Andaluz de Trabajadores, de entrar en 2 supermercados y robar productos con destino a un Banco de Alimentos.
Liderados por el diputado autonómico y dirigente de IU y del SAT, Juan Manuel Sánchez Gordillo, han entrado en un Mercadona de Écija y un Carrefour de Arcos de la Frontera, llenando carros con productos de primera necesidad como leche, harina, aceite, huevos o garbanzos.
Califican la acción como una "expropiación" para ayudar a los más necesitados.
Vuelve a salir a la palestra una palabra que provoca urticaria en muchos estamentos, la palabra expropiación, y que nos retrotrae a épocas pasadas como la de aquellas ocupaciones de fincas de terratenientes en las que el propio Sánchez Gordillo fue actor principal como alcalde de Marinaleda.
Cierto es que con el Código Penal en mano, la acción de hoy es un robo en toda regla y debería ser penado en un Estado de Derecho democrático. Pero cierto es también, que la acción de hoy no es baladí. Responde a las precarias condiciones que atraviesan los denominados Bancos de Alimentos.
Cada día hay más gente sin trabajo, sin subsidio y sin ayuda, y las ONG que están al lado de los más necesitados tienen sus almacenes raquíticos. No dan abasto, las ayudas públicas caen en picado y la solidaridad de los más pudientes sigue siendo muy pequeña.
Paralelamente el número de ciudadanos que llaman a su puerta crece día a día.
Los datos son demoledores: en España hay ahora 2 millones de familias en las que ningún miembro ingresa nada y sobre 1 millón largo de personas comen diariamente en Cáritas.
La palabra hambre, de la que tanto nos hablaron nuestros abuelos y padres de la posguerra, no es una palabra erradicada del diccionario. Cierto es que en España hoy en día nadie pasa hambre como en la posguerra, pero si la red social de asistencia que significan los Bancos de Alimentos pierde su eficacia por falta de medios, el hambre que nos acecha por esta puta crisis sin fin, volverá con fuerza a muchos hogares de nuestros barrios.
Sánchez Gordillo el utópico mesías o el fantasmón oportunista. No deja indiferente a nadie y no provoca sensaciones a medias.
Para unos es el artífice del milagro de Marinaleda, el pueblo en el que no hay paro ni empresarios agrícolas pues todos son copropietarios cooperativistas. El pueblo en el que se pagan 15 euros mensuales por el alquiler de la casa. El pueblo en el que se huele la felicidad.
Para otros, Marinaleda es el fruto de la coacción y el chantaje a una Junta de Andalucia demasiado buenista y un claro ejemplo de discriminación hacía otros pueblos de Andalucía.
Aquí os dejo el documental realizado por Eva Abad y Pablo García Cabrera sobre Marinaleda.
