Crónica desde el Sonorama 2012 entre guitarras y mesones

¡Joder cómo pega el lorenzo!
 No llevo ni 12 horas aquí en Aranda de Duero y entre el calor y el alcohol creo que se me han volatilizado algunos kilos. Menos mal que hoy me lo tomo tranqui, nada de gintonics ni de aguantar sin dormir hasta que reviente como anoche.
 Hoy toca ese esperado placer que sólo el festival Sonorama por su ubicación te puede ofrecer: el de degustar un buen lechazo con hogaza castellana y un Ribera de 14 grados más espeso que la mermelada de ciruelas. Y mucha agua y mucha sombra.

Que si, que Benicassim está muy bien, sobre todo para ingleses necesitados de sol y playa.  Pero poder matar mis dos pasiones, el vino y la música de un solo y certero disparo, únicamente lo puedo ejecutar aquí.

Anoche Los Enemigos en su retorno tras 10 años sin vida no me lo puso nada fácil para no darle al brebaje. Sí, ya sé que el grupo liderado por Josele Santiago es más de whisky baratito en garitos en penumbra con olor a humedad, pero uno con los años se vuelve más respetuoso por su hígado y por su mente.

Aún así escribo esto a escaso metros de la piscina del camping de Aranda con una más que respetable sensación de sequedad posgintoniquera. Y es que la voz desgarrada  de Josele vomitando ese quejío contra la dolorosa vida y el amargo desamor,  acompañado por las guitarras bravuconas de Fino Oyonarte y Manolo Benítez, siempre te lleva a un éxtasis rockandrolero y de rebelión.

Más centrados, con menos explosión que hace una década, pero sin perder nunca un ápice de generosidad rockera, desgranaron muchos éxitos como Septiembre, John Wayne, Desde el jergón y muchos más, recopilados en aquella obra maestra y parada obligada en la historia del rock español,  llamada Obras escocidas .


Y hoy me esperan mis convecinos Love of Lesbian. Tengo ganas de escuchar en directo su último trabajo ya que no pude asistir a su concierto el mes pasado en el Poble Espanyol de Barcelona. Esta noche juro que no beberé más que agua comunera ya que mañana vuelvo otra vez a la carretera.
Espero volver otro año y poder pasar más días. Mis felicitaciones a la organización y Aranda de Duero entero. 
Ah y el wi fi funciona, ahora mismo sigo leyendo los diarios digitales.


                    Por la noche conciertos rock pop español, por el día mesones: la felicidad existe

Entradas populares de este blog

El día que el surf tocó el cielo en Teahupoo Tahití