El milagro de los cipreses que no se queman. Incendios en España.

Nuestro país atraviesa un año negro en cuanto a incendios se refiere. Las condiciones climáticas de altas temperaturas, humedad atmosférica por debajo de un 30% y vientos fuertes, en un verano y una primavera con muy pocas precipitaciones, han convertido España en una megahoguera de San Juan a punto de ignición.
Andalucía, Alicante, Castilla-La Mancha, Galicia, Catalunya y Canarias han sufrido incendios este fin de semana, algunos de los cuales siguen activos.

Con preocupación vemos que sigue activo el incendio de  La Gomera que ya afecta al 11% de la isla y  a uno de sus paraísos naturales, el Parque Nacional de Garajonay.

Un 11% de La Gomera ya se ha quemado en estos momentos
                                            
Todos los incendios tienen en común las quejas de los afectados y de los Cuerpos de bomberos denunciando insuficiencia de medios y ayudas para combatirlos. Muchos apuntan también que los recortes generalizados del Gobierno Central y de los Gobiernos Autonómicos, han afectado a los presupuestos destinados a la prevención y extinción y creen que son, después de las causas climáticas y de sequía, la segunda causa que está incidiendo en el aumento y virulencia de los fuegos este verano.

También se ha criticado la falta de coordinación por parte del Ministerio afectado, el que dirige el inefable Arias Cañete, que ayer, mientras se quemaba parte de nuestro país, prefirió irse a los toros y hacerse esta foto que ya ha generado muchas críticas en los foros sociales.

El ministro ayer en los toros mientras España se quemaba
                                               
Y para acabarlo de adobar nos encontramos que los españoles carecemos de una cultura de prevención con unos bosques con nulo mantenimiento; o que la Justicia, cuando  tiene a su disposición juzgar a un pirómano o a un causante confeso por negligencia, no aplica sentencias condenatorias ejemplares.

Así, nuestra España se convierte poco a poco en un desierto. No hace falta más que viajar en coche de norte a sur para ver que nos parecemos cada vez más a esos paisajes de los países del Magreb.
Aquella frase hiriente que los europeos con mala hostia nos decían en el pasado de que "África comienza en los Pirineos" podría tener parte de razón en un futuro, ni que sea en sentido paisajístico.

Sin embargo hoy  se ha conocido un hecho que podría ser la "panácea" a los incendios forestales de grandes magnitudes que nos llevan a una desertización progresiva.

 Hoy se ha hecho pública una foto que tiene revolucionada a la comunidad científica: la de unos mil cipreses plantados hace 22 años en el barranco de Herbasana, en Jerica, que se salvaron milagrosamente del incendio que hace unas semanas devastó 20 mil hectáreas de la localidad valenciana de Andilla, ver foto.

¡El 90 por ciento de los cipreses no se quemaron en un incendio que arrasó todo signo de  vida vegetal y animal en kilómetros a la redonda!

Los especialistas estudian ahora las causas. De momento apuntan a que este árbol no deja casi ramas muertas generando así un mantillo delgado y compacto que conserva la humedad. Pero aún  es más sorprendente saber que el fuego no arrasó ni sus copas, actuando pues los cipreses de verdadero cortafuego.

Los más puristas afirman que este árbol no es una especie local y son contrarios a una replantación en zonas quemadas. Los más entusiastas, como yo, abogamos por una replantación masiva de este árbol.

Me importa un pimiento si es o no es autóctono, prefiero esta solución  a tener que vivir en un país convertido en Los Monegros.

Si los humanos hemos demostrado nuestra incapacidad  manifiesta para evitar los incendios, dejemos paso a la naturaleza.

¡Sólo ardieron 12 de los 1000 cipreses plantados!
                                 

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