Muse rozó la perfección en Barcelona

Ayer viernes, 19 horas, caminaba cabizbajo de vuelta a casa, son muchos los problemas y demasiadas las amarguras como para retornar altivo. Regresaba pateándome las aceras con la predicción de que al llegar a mi hogar me quitaría como de costumbre los zapatos al tiempo que sintonizaría la radio para escuchar el programa El Sótano de Radio 3- mi gran descubrimiento musical del año radiofónico- http://www.rtve.es/alacarta/audios/el-sotano/

Entre el rugido imaginario de guitarras cañeras con muchas dosis de revival, visitantes habituales del programa de Diego RJ, visualizaba en mi mente al menda preparando el gintonic del viernes con su plato de aceitunas y recostándome después en el sofá para iniciar la descompresión obligatoria pre-weekend tras haber permanecido sumergido en la mierda de los días laborables.

Y en esto que me llama un buen colega al móvil. "Mira Pere que tengo una entrada para ver a Muse ahora en el Estadi Olímpic.." y patatín y patatán, una vez más las hadas del destino se asocian de mi parte. Así que ni gintonics ni hostias, sudado y muy cansado, sin mi  jam session de descompresión obligatoria,  me encamino hacia la montaña de Montjuic sin pasar por mi casa y sin pasar por taquilla que en época de vacas flacas reconforta.

Muse es de los pocos que no pasarán de largo este verano. Si esto sigue así, la miseria colectiva provocada por la crisis más los 13 puntos de incremento en el IVA de las entradas, ver el directo de una gran banda mundial  en España será más difícil que ver un alcalde del PP impoluto. Enlace artículo "La lenta muerte del directo"

Me sincero, de Muse conocía bien poco. Subía pues como un sherpa la montaña de Montjuich, fatigado y con muchas dudas de sí habría acertado con el cambio de planes. Que son unos hachas en la fusión de diversos estilos, que sus directos enérgicos nunca te dejan indiferente, lo sabe hasta un niño de teta, pero ni atisbaba lo que después me encontré.

Y lo que me encontré tras casi 3 horas brutales de directo fue a una banda soberbia. Con cierto síndrome de Stendhal  pos-concert muy común, lo reconozco, quiero conocerlo todo de los muchachos de Devon. El efecto descompresión me durará muchos días. He ido a centenares de conciertos en mi vida y puedo afirmar, sin sonrojarme, que el de anoche es uno de los espectáculos más completos que he visto.

Porque un concierto de este nivel es la música, pero también la escenografía, la puesta en escena y el mensaje. Y en todo les doy un sobresaliente alto. Las 40 mil personas que nos conjuramos ayer en el Estadí Olímpic estoy seguro que tardaremos mucho tiempo en ver y escuchar algo similar. Sonido perfecto, imagen de ensueño con un machacón mensaje anticapitalista personificado en las diferentes performance que vimos.

Y unos últimos apuntes del concierto sin ánimo de hacer una crónica pues para ello ya tenemos a los críticos: sobresaliente para Matt Bellamy, un tipo que te sorprende con diferentes registros vocales mientras machaca de forma soberbia la guitarra, o va y se sienta a los teclados del piano. Es un virtuoso, por algo será que Bono de U2 lo ha bautizado como su legítimo heredero. También destacar al batería, Dominic Howard. ¡Este tío es el mejor bateria que he visto en muchos años! Muy pocos físicamente pueden estar a su altura, a no ser que el tío que vimos anoche sea un replicante inherente al montaje, familia cercana del robot de Muse por nombre Charles.

Y sobresaliente también para la organización. Es la primera vez, repito, la primera vez en todos estos años, que miccionando en las salas habilitadas para la evacuación cervecera, escuchaba el sonido de Muse como si fuese la contorsionista colgada de la bombilla que recorrió el cielo del Estadio: un audio perfecto. Burda descripción para dar un 10 al sonido, como también darle un 10 a los Muse: el espectáculo musical perfecto, la extravagancia musical sublime.


Muse, inicio concierto Estadi Olímpic Barcelona 07/06/2013


Muse, "Madness", Estadi Olímpic Barcelona 07/06/2013


Muse en Roma, trailer de su Live in Roma en ultradefinition

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