Belleza real de mujer frente al diseñador misógino

Una chica manca gana el concurso de belleza en el Estado de Iowa y el diseñador Roberto Cavalli elimina las curvas de Beyoncé en uno de sus bocetos. Dos informaciones diametralmente opuestas las que hoy hemos conocido y que me llevan a insertarlas en este post.

La primera es un ejemplo de superación y de valentía en ese mundo tan superficial como son los concursos de miss. Porque la joven de 23 años, Nicole Kelly, tiene un par de ovarios  al presentarse a un concurso con una disminución física tan evidente y además va y lo gana. Una chica además de preciosa, valiente, que ahora concursará en la elección de Miss Estados Unidos. Por una malformación fetal nació sin el antebrazo izquierdo hecho que no le ha amedrentado en su vida. Sería fantástico que ganase el concurso de belleza a nivel nacional; para ella, para los Estados Unidos y para todas las personas con alguna minusvalía.




Por el contrario, el mundo de la moda, ese universo de la belleza más hedonista, vuelve a darnos otra de arena. Ahora es el diseñador Roberto Cavalli el que ha decidido quitarle las curvas a Beyoncé, una de sus armas de mujer más evidentes, en el boceto de uno de sus vestidos. Más que la curvosa cantante de Houston, icono de la sensualidad más bestia, parece una muñequita de feria.

La creación dicen, obedece a la subjetividad la cual se forma en relación a diferentes conceptos como por ejemplo la orientación sexual del creador. Ello explicaría el por qué el canon de mujer se ha encogido muchos kilos en los últimos años. Anoréxicas subidas sobre taconazos inundan los desfiles en los que mujeronas de los sesenta como la Monroe o la Bardot, no tendrían cabida hoy pues serían consideradas gorditas. 

O nos encontramos con rostros de mujeres andróginas inundando las revistas. Ello es en mi opinión el fruto de  todos estos años en los que el pink power copa los designios de la creación universal en la moda y en las tendencias. Entiendo que a la mayoría de los artistas de la moda les apetezcan más los caracoles que las ostras, aunque no sea el caso de Cavalli, pero les demandaría que no pretendan cambiar la montaña por el mar, que implementen criterios más reales y femeninos en sus creaciones. Porque están consiguiendo que muchas adolescentes -y no tan adolescentes- entren en una lucha perenne y enfermiza contra su cuerpo pues el espejo les devuelve aquello que, aunque entraría dentro de la lógica evolución de las especies que Darwin reflejó, no formaría parte de la mujer inexistente que el pink power ha querido diseñar.

Beyonce  talla 34 by Roberto Cavalli

                                                                

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