Del minimalismo de la Mercè 2013 al maximalismo gaudiniano

Aún con la resaca de las peores festes de la Mercè que hemos vivido desde la época del timbaler del Bruc, hoy hemos conocido la imagen final que tendrá la Sagrada Familia una vez acabada -se prevé que en el 2026- gracias al vídeo virtual sobre imágenes reales que os inserto abajo. ¿Adjetivos que me pasan por la cabeza? pues impactante, impresionante, espectacular. Es y será aún más un verdadero icono universal, con esa torre de Cristo de 172 metros de altura que coronará el skyline de bcn.

Pero también me asalta una duda. Muchos pensaron que la catedral de Gaudí tardaría otro siglo en finalizarse y por ello, gracias siempre a la permisividad municipal, no han dudado en construir y vender a precio de oro pisos de lujo al lado de la Sagrada Familia. Pero resulta que el descubrimiento hace unos años de una cantera en Lleida con la misma piedra que proyectó Gaudí para el templo, ha permitido acelerar el proceso constructivo al no romperse el stock de piedra facilitado a escultores y artesanos. Lo que iba para 100 años se ha quedado en poco más de 10. Esos edificios serán demolidos una vez finalizada la Sagrada Familia y muchos ya ven el desastre.

La mayoría de los visitantes al templo modernista se sorprenden de la cercanía de horribles edificios que encajonan la maravilla arquitectónica. Sin embargo respiran más tranquilos cuando se les cuenta que dichos inmuebles serán derruidos, poniéndoles el ejemplo que entre la Avenida Diagonal y la que será entrada principal del templo,  por la calle Mallorca, todo deberá quedar despejado de nuevos y viejos edificios en beneficio de una gran plaza de bienvenida  ya proyectada en tiempos pretéritos. Entre esos inmuebles nos encontramos con el más horribilis, el mastodonte que el esquinero y especulador Núnez y Navarro construyó en la calle Mallorca con Marina, rozando el templo, y que se convertirá probablemente en la primera víctima pasto de las demoliciones junto a algunos edificios lindantes por la calle Provença.

 Mucho hablaremos dentro de una década por esa mala planificación producto de las corruptelas que han permitido estos despropósitos que espero no se cubran con  indemnizaciones provenientes de derramas consistoriales.

Hacía falta este chute de autoestima tras las peores fiestas de La Merçè que he visto en vida. Señores de CiU ¿cómo han tenido la desvergüenza de regalarnos estas rebautizadas como Festes de la Merdè, más propias de unas fiestas de agosto en un pueblo de Les Garrigues -sin desmerecer a sus entrañables lugareños- que de una capital mundial como es Barcelona? Les aconsejo que cuando arriben las próximas elecciones municipales no repitan el mismo programa minimalista de este año. ¡Qué no te votará ni el tato Trías!

Fijaros si era cutre esta Mercè 2013 que los organizadores del apartado musical tuvieron que aderezar en el programa con epítetos imposibles el estilo de los grupos con tal de picar la mosca y despertar curiosidad; estilos surrealistas que iban desde el folk rock épico a la cumbia digital, del kinki folk al math rock, del pop oscuro al pop ambiental, del shoegaze al pop de cámara pasando por el bluegrass jotero. Estilos imposibles de grupos cuya gran mayoría no pasarían ni el corte de un Primavera Sound para parvulitos.

Este hecho me recuerda el de esos restaurantes que inundan su carta con poesía culinaria pretenciosa acompañando los platos con rimbonbantes de reducciones, perfumes y texturas, para luego servirnos lo mismo que me daba hace años mi abuela en su casa y en menor cantidad.

Miles de barceloneses y turistas salimos a las calles buscando algo más que los lateros pakis ofertando impunemente birras y drogas y volvimos a casa cansados y decepcionados. ¡Pero si hasta la cervecera Damm, patrocinadora habitual de conciertos en la Merçè, sacó las tijeras! Nos trajo a los amiguetes del hijo de algún jefe comercial, unos muchachos de Mataró, simpáticos eso sí, de los que desconozco si tienen grabado algo más que una maqueta y que poco tienen que ver con Love of Lesbian, Antonia Font o Wilco, algunos grupos que les precedieron en otras ediciones.

 Como el gegant superman de Fontcuberta nos quedamos: con cara panolí