Coldplay, mi viaje espacial ayer al Vicente Calderón

La vida te puede deparar en cuestión de minutos momentos dulces y amargos. Lo digo en relación con los amigos, o con los supuestos amigos. Con ese ente invisible  llamado amistad y que tantas alegrías como sinsabores nos entrega.
El sábado mi chica y yo decidimos invitar a unos amigos a casa a cenar, como hacen muchas parejas que en esta época de vacas flacas prefieren comprar en mercadona buenas viandas y montar una cenita en casa, antes que malgastar fuera. Lamentablemente estos "amigos" ni tan siquiera contestaron a nuestra invitación. Cabreo, malestar, decepción. Horas más tarde me llama mi amigo Juan del que no sabía nada desde hacía meses.
"Oye que mi suegra se ha puesto enferma y no puedo ir con mi mujer mañana al Calderon, te regalo dos entradas pero me lo has de decir ya"... Tarde en contestarle lo que tarda la boca en posicionarse para poder articular fonéticamente el adverbio síiiiiiii.
La amistad y el destino  también tienen estas cosas.

Escribo estas líneas desde la estación de autobuses de Avenida América en Madrid a punto de coger el autobús de regreso a barna, cansado pero anestesiado aún por el sublime espectáculo al que pude asistir ayer. Lo de ayer no tiene nada que ver con la banda intimista y cercana que ví hace unos años en la carpa Movistar de Barcelona. Lo de ayer es lo más grande que un músico puede montar para un espectador. 50 mil almas entregadas en algo que un diario de hoy  califica como catarsis galáctica. 

Con el aroma de la lluvia intensa que cayó antes del concierto en un Calderón a tope mientras sonaba la banda sonora de Regreso al futuro, aparece un Chris Martin en el escenario preguntando "Hay alguien ahí?" al tiempo que estalla el Hurts like heaven en una explosión de luces y colores. Bienvenidos muchachos, acabáis de entrar en lo máximo que podréis ver en vuestra puta vida de lo que es hacer espectáculo en un concierto de música, parece pensar el londinense.


Gracias Juan Carlos y Mónica -aquí os publico la foto que os hice aunque salgáis de espalda-. Gracias Javier e Isabel que estabais en las alturas del Calderón divisando todo.
 Ahora me despido de la capital con un café con leche y unas porras, a pesar de  que Arlette me dice que eso engorda más que el clenbuterol. Me preparo para bucear en mi cerebro recuperando de  mi retina los momentos mágicos de ayer en las siete horas de bus que me esperan por delante.

Observo en youtube que Javier, desde las alturas, ha colgado en tiempo record esta selección del concert de ayer de Coldplay en el Vicente Calderón. Aquí os la adjunto, junto a otra que recoge el mismo tema desde otra panorámica.                                                                    
                                                                                                                           

                

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