Cuando la soledad te persigue incluso muerto

Vicente Benito, alias Pompón, era un humilde pastor de un perdido pueblo de Zamora llamado Cañizal. Y este pastor refleja lo peor que nos puede pasar a cualquiera de nosotros. No ya que pasemos desapercibidos en vida, sino también en muerte.

Vicente Benito lleva 20 años muerto y se han dado cuenta hoy. Su sobrino lo ha encontrado dos décadas después de su fallecimiento, presumiblemente de forma natural. Estaba tendido en el pasillo, sus ropas colgaban de su esqueleto pues de cuerpo presente ya quedaba poca cosa. Hoy tendría 76 años.
Dicen que era un ser solitario, y sus vecinos recuerdan que lo criticaron hace dos décadas por haber abandonado a su perro. Abandono por causas forzadas diría yo.

Siento tristeza al leer noticias como esta, lo digo de verdad. Tristeza por esas humildes personas en pueblos perdidos de nuestra geografía o en ciudades populosas, a los que la soledad les sigue bofeteando incluso una vez muertas.

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