El caníbal de Miami
El caso espeluznante esta semana del caníbal de Miami, el indigente que tras consumir una droga llamada sales de baño, se abalanzó sobre otra persona y le devoró literalmente la cara, ha conmocionado a medio mundo, y trae de cabeza a las autoridades de Florida y de los Estados Unidos.
No tanto la irrupción de una droga con efectos devastadores como intentos suicidas, paranoias extremas, agresividad descontrolada, que también, sino la facilidad existente en el mercado para su adquisición.
Parece ser que sus componentes se pueden adquirir por internet de forma legal, otra cosa es que después puedan ser mezclados en la combinación letal. Sus compuestos químicos son el potente alucinógeno conocido como metilendioxipirovalerona, Mpvd, metadona, mefredona y la catinona, compuestos que son enviados desde diversas partes del Mundo.
Algunos sitios de internet la están vendiendo incluso como sales de baño, de ahí su nombre.
Espeluznante foto del caníbal abatido por la policía junto a la víctima
El policía que le disparó afirmó que jamás había visto algo similar. Incluso le disparó una primera vez para evitar que siguiese con el ataque, hiriendo al caníbal. Rudy Eugene ni se inmutó, se giró hacía el policía masticando trozos de carne y gruñendo, para seguir con su salvaje cometido. Hizo falta otro disparo para matarlo.
La víctima del caníbal se debate ahora entre la vida y la muerte en el hospital.
No tanto la irrupción de una droga con efectos devastadores como intentos suicidas, paranoias extremas, agresividad descontrolada, que también, sino la facilidad existente en el mercado para su adquisición.
Parece ser que sus componentes se pueden adquirir por internet de forma legal, otra cosa es que después puedan ser mezclados en la combinación letal. Sus compuestos químicos son el potente alucinógeno conocido como metilendioxipirovalerona, Mpvd, metadona, mefredona y la catinona, compuestos que son enviados desde diversas partes del Mundo.
Algunos sitios de internet la están vendiendo incluso como sales de baño, de ahí su nombre.
El homeless de 31 años llamado Rudy Eugene la consumió el martes. Sus efectos le convirtieron en un depredador animal en todos los sentidos, cuando a mediodía se abalanzó sobre un hombre devorando su cara y comiéndose su nariz y sus globos oculares.
El policía que le disparó afirmó que jamás había visto algo similar. Incluso le disparó una primera vez para evitar que siguiese con el ataque, hiriendo al caníbal. Rudy Eugene ni se inmutó, se giró hacía el policía masticando trozos de carne y gruñendo, para seguir con su salvaje cometido. Hizo falta otro disparo para matarlo.
La víctima del caníbal se debate ahora entre la vida y la muerte en el hospital.
