La cobardía del suicido

Hemos leído estos meses noticias referentes a suicidios motivados por la desesperación ante la crisis económica. Lo hemos visto en Grecia por ejemplo.
Inserto hoy un vídeo bastante fuerte, no por morbo innecesario. Lo traigo con el ánimo de gritar a los 4 vientos que la vida puede ser (¡Y ES!) maravillosa, como decía el entrañable Andrés Montes.

 En el vídeo vemos a Miguel Marín, un antiguo inversor de Wall Street,  arruinado por las deudas que no le permitieron poder seguir pagando su hipoteca y por lo que presuntamente quemó su casa. Es por ello que fue procesado; en el momento en el que el Tribunal del Condado de Maricopa, en Phoenix, lee su sentencia condenatoria, Marín desesperado ingiere un veneno mortal y se suicida. Todo ello grabado por las cámaras.

Descanse en paz este señor que tomó tal decisión. Dicen que suicidarse es de cobardes. Discrepo ligeramente, creo que suicidarse es de valientes pues se ha de tener mucha valentía para quitarse la vida. Pero también tiene mucho de cobardía para titar la toalla y no seguir en la lucha. Como decía antes, la vida es maravillosa y nada debe tener la influencia suficiente como para hacernos tomar esta decisión. Ni tan siquiera la desesperación. Porque cuando estés desesperado visualiza que, siempre, a un día negro y tempestuoso le sucede un día soleado y en calma.

                    

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