Chupinazo 2013: ¿magreos fiesteros o violencia de género?

Los Sanfermines entran ya en su recta final aunque informativamente sigamos mirando hacia el día del chupinazo. Esa mañana nos dejó la imagen de la megaikurriña desplegada en la plaza del Ayuntamiento y que tuvo el honor de retrasar en casi media hora el acto. Pero de lo que todo el mundo habló y habla es de algo distinto que sucedió el sábado en la plaza. A saber: mujeres, mayoritariamente turistas extranjeras, chisposas y empapadas en vino, las cuales a hombros de su maromos  eran magreadas por la afición masculina. 


Algo que sucede desde que tengo uso de memoria ha encendido sin embargo las redes sociales este año, más a raíz de la foto divulgada en la que vemos a la derecha a una chica magreada durante el chupinazo, foto que ha sido censurada posteriormente por el propio facebook en un exceso de puritanismo muy yankee.


El estallido de dicho cohete inicia el akelarre etílico más grande que existe en España. Quien piense que San Fermin son toros o encierros, va listo. Las fiestas de San Fermin son tres cosas: vino, vino y más vino. Por algo será que conozco varias familias de pamploneses de toda la vida que aprovechan estos días para abandonar su querida Iruña, aunque no se quiten en una semana su pañuelico rojo allí dónde se exilien.

 Y estas fiestas de Baco con testosterona subida, me dicen algunos asiduos, conduce a unos inofensivos magreos a las nenas de buen ver y mejor posar, siempre eso sí -puntualizan- en un clima de cachondeo mutuo. Ellas sonríen, se lo pasan guay,  la cosa no va a mayores, es un disfrute hedonista tradicional sin traspasar la línea roja, conociendo las féminas de antemano que en el chupinazo suceden estos tocamientos fiesteros, me añaden. 

Para otras personas por el contrario, nos encontramos ante un caso grave de violencia de género, en el que las mujeres carecen de un espacio seguro que sea fuente de su disfrute. Me remarcan que en estas fiestas se  ha sobrepasado la línea roja y lo han podido ver en todos los rincones del planeta. Un claro caso de acoso es lo que ha visto también el Gobierno pues ha emitido un comunicado esta tarde en el  que insta a "no difundir imágenes de acoso a mujeres" en la fiestas pamplonesas, no vaya a ser que nuestra marca España, ya por los suelos, alcance el subsuelo cloaquero.

 Y en medio están los que me comentan que sí, que este año hemos subido un peligroso escalón al pasar de un exhibicionismo tradicional cachondo en el que las guiris beodas mostraban pechotes, a magrear impunemente arrancando hasta la ropa interior en una actitud rayando la agresión sexual, que en un mundo globalizado en red se convierte en una mecha de combustión rápida de imprevisibles consecuencias. Pero me añaden que a pesar de todo, no hay para tanto alarmismo como el que indigna a ciertos grupos feministas.

Pues va a ser que estoy con estos últimos.

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