¡Mariano Rajoy, dónde vas triste de ti!

El Presidente ha de disolver el Gobierno y convocar Elecciones Generales anticipadas, o bien dimitir en favor de su vicepresidenta. El delincuente financiero y a la sazón ex tesorero de su partido, Luis Bárcenas, ha dejado a Rajoy con el culo al aire una vez que se ha sentido abandonado. Dice poseer información privilegiada metida en una cajita di merda d´artista -al estilo Piero Manzoni- que diligentemente le ha sido entregada al depositario de tan magna obra de arte, de nombre Pedro J. encargado de activar el ventilador. Y El Mundo, especialista en el despiece por fascículos, divulgará los documentos como gota malaya matutina. ¿Recuerdan a Felipe y los GAL hace 20 años?

Y el culo del Presidente se quedará domingo a domingo más a la intemperie  -aunque conociendo como se las gasta el gallego, igual quien se queda con el culo al aire es el depositario del mensaje y no el Presidente, tiempo al tiempo-   

Se empieza a desempolvar la manta de la corrupción pepera

Mensajes de móvil que desprenden no solo comprensión sino incluso connivencia con el delincuente, al pedirle Rajoy al ex tesorero negar la existencia de los sobresueldos y la contabilidad B del partido.  Hoy han sido los sms que Rajoy ha envíado a Bárcenas incluso cuando éste ya estaba siendo investigado por cuadernos conocidos. Enlace artículo

 O la noticia publicada antesdeayer de que un empresario quiso donar 300 mil euros en las pasadas elecciones con el expreso deseo que Rajoy lo supiese, introduciendo la sospecha de un presunto delito electoral con penas de inhabilitación para ejercer el cargo. 

O la portada del pasado domingo con los originales de la libreta roja  que demostrarían que Rajoy cobró presuntamente sobresueldos ópacos siendo miembro del Gobierno de Aznar. Y lo que te rondaré morena.

Y mientras el presi sigue sin dar explicaciones y ordena a su equipo que ante todo keep calm and "negarlo todo". Que todo es un chantaje. Pobrecitos ellos.

A todo este sainete se sumaría la para mi razón principal que no es otra que la falta de empuje y liderazgo para sacar a nuestro país de la peor crisis económica que se recuerda. Eso sin contar que no ha cumplido nada de lo que prometía en su programa electoral.

 Camino de los dos años de Gobierno, Rajoy y su equipo nos han demostrado su incapacidad para estimular la creación de actividad económica y sacarnos de la recesión. El desempleo, a pesar de las esperanzadoras cifras estacionales de la temporada estival, sigue siendo el más alto de los países desarrollados, con 1 de cada 4 trabajadores sin empleo, 2 de cada 4 en los jóvenes, miles de jóvenes universitarios que ven en la emigración su único futuro como aquel Alfredo Landa del Vente pa´Alemania Pepe a principios de los setenta.

 La miseria anida en millones de hogares españoles con 2 millones y medio en los que ningún miembro ingresa nada -ni un miserable subsidio-. Los recortes al dictado de Bruselas han sido los más bestias que se recuerdan habiendo casi desmantelado el añorado sistema de bienestar social, con un equipo económico que en cambio sí que se ha preocupado en proteger con nuestro dinero público al sistema bancario español, aquel del que Zapatero presumió en New York ante los gerifaltes financieros y que meses después se demostró podrido, lleno de corruptos, despilfarradores e inútiles. Por mucho que el ministro de Economía se empeñe en repetir que el Gobierno no tiene connivencias con la banca, ya nadie se lo cree.

Y qué decir del Estado de las Autonomías que se deshace en eficacia como un azucarillo, con las Comunidades siempre a la greña por llevarse más tajada en estas épocas de bancarrota en las cuentas públicas y con el caso de Catalunya, el motor económico de España, a punto de iniciar un viaje de posible no retorno.

Por todo ello creo sinceramente señor Presidente que ha llegado la hora de tirar la toalla. Esta vez su habitual nadar y guardar la ropa refugiándose tras pantallas de plasma esperando que amaine el temporal, esta vez repito, creo que no le funcionará como antes. Porque cuando un Presidente de Gobierno pierde su credibilidad no hay nada que hacer ni con una mayoría absoluta que le avale.