¿De qué lucha obrera hablan estas cúpulas sindicales?

Algo chirría en nuestra sociedad cuando en tiempos de crisis, despidos, recortes laborales y desempleo, con los postulados neoliberales en expansión galopante, el porcentaje de afiliados sindicales se encuentre en mínimos históricos. Un amigo sindicalista de base me dijo un día que el problema es que a las cúpulas de los sindicatos mayoritarios la crisis económica les ha pillado con el paso cambiado. Yo creo que a estas cúpulas el paso cambiado les pilló hace décadas. Tras la retirada de los lideres sindicales forjados en la lucha contra la dictadura, los que vinieron no supieron o no quisieron articular un discurso desde abajo, apoltronándose en sus despachos. 

Si hoy, por ejemplo, don Pablo Iglesias Posse levantase la cabeza y observase en lo que se ha convertido su sindicato, estoy seguro quevolvería echando hostias a la tumba.

 Las sindicatos mayoritarios dependen de las subvenciones estatales y esto les convierte en instrumentos dóciles con el poder, es un hecho. La crisis económica ha sido la excusa que un Gobierno liberal ha tenido para dar  la estocada final a unas organizaciones dependientes e incapaces de luchar contra el proceso desregulativo laboral más intenso que se recuerda en democracia. Incapaces porque carecen de fuerza social  suficiente resultado del descrédito  de las cúpulas en los últimos años, hecho que se hizo evidente en los fracasos de las respectivas huelgas generales. La sociedad trabajadora siente desapego por las cúpulas sindicales mayoritarias aunque en general vean con mejores ojos a los miembros de base.

 No es baladí que sean estas cúpulas las más reacias a dejar el poder, pervirtiendo los principios democráticos básicos de los que emana el sindicalismo, con casos flagrantes como el del secretario general de UGT Cataluña, Pepe Álvarez, que acabará mandato tras un cuarto de siglo al frente, no siendo el único lamentablemente aunque sí el más significativo. 

O que ignoren sistemáticamente a la población trabajadora desempleada, los parados no existen para los sindicatos; o que se queden al margen de los movimientos sociales surgidos al calor de la crisis y los recortes. La clase obrera de hoy en día, decía otro amigo comprometido, prefiere acudir a la plaza Sol con los indignados o manifestarse con la plataforma contra los desahucios antes que afiliarse a unas organizaciones inanes, egoístas y desprestigiadas. La incongruencia sindical quedó manifestada aquel día en el que Comisiones echó a la calle a parte de su personal en Galicia aplicándoles a rajatabla la reforma laboral que meses antes cuestionaron con una huelga general.

Y si además aparecen casos de corrupción generalizada en las cúpulas sindicales consideraremos que el desapego es ya imparable. Lo vemos estos días en Andalucía, con una trama de corruptelas y sobornos al amparo de los ERE falsos sumado a una trama de facturas falsas, en algunos casos incluso con presuntas desviaciones de fondos destinados a los parados, hecho que si se demuestra judicialmente, sería lo más miserable que un "sindicalista" puede hacer por el prójimo obrero. Corruptelas sindicales andaluzas que para muchos no son más que la punta de un iceberg a la deriva por toda España.

Y el desapego se transforma en rabia cuando atónitos observamos escenas como la de la ayer tarde con sindicalistas matones abucheando a la juez Alaya en la entrada de los juzgados sevillanos, coacción que tuvo la recompensa esta madrugada cuando la instructora del caso de los ERE dejó en libertad con cargos a dirigentes sindicales de UGT y CCOO encarcelados por el caso que investiga. 

Fue entonces cuando la decena de acólitos amiguetes gritaron puño en alto un "¡Qué viva la lucha de la clase obrera!"  escena bochornosa no por lo que dicen  sino por intentar enmascarar sus miserias dentro de la eterna paranoia de  una persecución sindical. Enlace vídeo trifulca tras puesta en libertad cargos sindicales    

                                              

Sindicalistas abuchean a la juez en la entrada Juzgados.

                                 

 #A las mariscadaas, a las mariscaadaas x el triunfo de....#