¿Hay vida después de la muerte?
Una vez más, reproduzco otra entrevista que los compañeros de La Contra de La Vanguardia han hecho, en este caso, al cardiólogo Pim Van Lommel, un hombre que cree firmemente en otras formas de conciencia después de la muerte. Sus experiencias con pacientes que volvieron del otro lada tras sufrir episodios como infartos y su pasión por la física cuántica, le han ayudado -y nos ayuda a lo demás- a comprender mejor aquello que la ciencia ignora o niega por cuanto no puede explicarlo.
(Las fotos son añadidas).
Pim Van Lommel
"Madurar es liberar la conciencia de la edad: he tratado a jóvenes con experiencias después de la muerte más maduros que yo. Mi padre era neurólogo y yo quise ser físico: ahora estudio física cuántica para entender qué sucede tras la muerte. La fe es otro camino a la verdad"
Causó un impacto
mundial.
Tanto que ya le avancé entonces, cuando usted me entrevistó, que, tras 31 años de cardiología, me iba a dedicar en exclusiva a las experiencias cercanas a la muerte (EDM).
¿Qué hemos aprendido desde el 2001?
Tenemos más preguntas, además de la clásica: ¿si la conciencia es un mero producto del cerebro, cómo puede sobrevivir y explicar la experiencia de la muerte?
¿Qué dice la ortodoxia médica?
Que se trata de meras alucinaciones causadas por la anoxia (carencia de oxígeno).
¿Y qué le dice su investigación?
Si la causa fuera la anoxia, todos los que vuelven a la vida tras la muerte tendrían EDM, porque todos la sufren, pero, en cambio, sólo el 18% tiene esas experiencias.
¿Qué explican sobre ellas?
Coinciden en hablar de recuerdos, cognición y emociones y mantienen la identidad, un punto crucial, porque el ego es el enlace entre la conciencia y el cuerpo.
¿Luces, voces, su vida en un instante...?
Las han experimentado miles de personas, pero no todos las explican por temor a ser tachados de lunáticos o porque creen que las causan la medicación o la enfermedad.
¿Todos experimentan lo mismo?
No todos experimentan todo, pero todos citan algunas experiencias recurrentes que coinciden en un cruce espacio-temporal.
Por ejemplo.
Un paciente refiere cómo en su EDM había visto a un señor desconocido sonriéndole. Diez años después, su madre agonizante le reveló que él era hijo de una relación extramarital y le mostró una fotografía de su padre biológico, asesinado en un campo de concentración: era aquel señor sonriente.
¿Cómo sabe que esos pacientes clínicamente muertos siguen conscientes?
Lo prueban cientos de casos. En Conciencia más allá de la vida explico el de un hombre de 43 años que nos llegó cianótico, frío, sin tensión y con las pupilas dilatadas. La enfermera le extrajo la dentadura postiza y la depositó en un cajón. Resucitó inexplicablemente tras un largo coma y preguntó por sus dientes.
Si estas vivo, resultan muy útiles.
Reconoció, al verla, a la enfermera y le pidió que se los devolviera. Ella nos llamó alarmada y entonces el paciente nos relató en detalle lo que habíamos dicho y hecho cuando llegó muerto a urgencias del hospital.
¿Y usted qué cree?
Nuestra conciencia no es más que un retransmisor para esta dimensión de nuestro ser en varias. Es como una radio que, mientras vivimos aquí, sintoniza con este universo. Nuestra muerte sólo es un cambio de conciencia, una transición. Sólo morimos en una dimensión para pasar a otras.
¿Es una convicción religiosa?
Es física cuántica. Yo no soy creyente. Muchas religiones se han acercado a esa realidad con técnicas de paso entre esas dimensiones, como la meditación o el misticismo.
¿Cómo lo sabe?
Porque estudio casos -me consultan decenas cada día- y las experiencias son recurrentes y concurrentes: confluyen tiempo -pasado, presente y futuro: tienen visiones- y espacio en sensación de unidad.
...
Y esos testimonios de cada día coinciden con los relatos de la mística y las visiones de profetas, gurús y santos desde hace siglos.
La experiencia de lo objetivo, al fin, depende de tu estado subjetivo.
Así que, desde los gurús milenarios hasta los físicos cuánticos, cuando asumes tu transición sin miedo experimentas un anticipo de esa sensación de plenitud.
Pim Van Lommel
"Madurar es liberar la conciencia de la edad: he tratado a jóvenes con experiencias después de la muerte más maduros que yo. Mi padre era neurólogo y yo quise ser físico: ahora estudio física cuántica para entender qué sucede tras la muerte. La fe es otro camino a la verdad"
Cuando enseñaba Cardiología en el hospital de Arnheim
-800 camas- ya investigaba cómo algunos pacientes, tras infarto y muerte
clínica, volvían a vivir.
...
Hasta que en 1986 leí
el testimonio de un estudiante de Medicina, George Ritchie, que resucitó tras
nueve minutos de muerte clínica. Me impresionó tanto que empecé a estudiar en
profundidad esos casos.
¿Tantos había?
En 1988 ya
tenía doce episodios incuestionables y creé una red de investigación con otros
diez hospitales holandeses. Iniciamos un estudio clínico prospectivo de 344
pacientes, que publicó The Lancet (2001).
Tanto que ya le avancé entonces, cuando usted me entrevistó, que, tras 31 años de cardiología, me iba a dedicar en exclusiva a las experiencias cercanas a la muerte (EDM).
¿Qué hemos aprendido desde el 2001?
Tenemos más preguntas, además de la clásica: ¿si la conciencia es un mero producto del cerebro, cómo puede sobrevivir y explicar la experiencia de la muerte?
¿Qué dice la ortodoxia médica?
Que se trata de meras alucinaciones causadas por la anoxia (carencia de oxígeno).
¿Y qué le dice su investigación?
Si la causa fuera la anoxia, todos los que vuelven a la vida tras la muerte tendrían EDM, porque todos la sufren, pero, en cambio, sólo el 18% tiene esas experiencias.
¿Qué explican sobre ellas?
Coinciden en hablar de recuerdos, cognición y emociones y mantienen la identidad, un punto crucial, porque el ego es el enlace entre la conciencia y el cuerpo.
¿Luces, voces, su vida en un instante...?
Las han experimentado miles de personas, pero no todos las explican por temor a ser tachados de lunáticos o porque creen que las causan la medicación o la enfermedad.
¿Todos experimentan lo mismo?
No todos experimentan todo, pero todos citan algunas experiencias recurrentes que coinciden en un cruce espacio-temporal.
¿A qué se refiere?
Es la revisión
de la vida pasada, pero también la futura y presente: algunos, al volver,
anticipan sucesos y reinterpretan los ya pasados, así que suelen cambiar de
pareja, de trabajo, de existencia, porque han contemplado su vida en conjunto durante su
EDM.
¿Cómo son esas visiones?
Inefables, a menudo el
lenguaje carece de términos para explicarlas. Una EDM de tres minutos puede
requerir semanas de testimonio en el que no se repite un solo episodio. El
tiempo, como le decía, transcurre de un modo único en síntesis con el espacio y
una constelación de familiares y afectos.
Por ejemplo.
Un paciente refiere cómo en su EDM había visto a un señor desconocido sonriéndole. Diez años después, su madre agonizante le reveló que él era hijo de una relación extramarital y le mostró una fotografía de su padre biológico, asesinado en un campo de concentración: era aquel señor sonriente.
¿Cómo sabe que esos pacientes clínicamente muertos siguen conscientes?
Lo prueban cientos de casos. En Conciencia más allá de la vida explico el de un hombre de 43 años que nos llegó cianótico, frío, sin tensión y con las pupilas dilatadas. La enfermera le extrajo la dentadura postiza y la depositó en un cajón. Resucitó inexplicablemente tras un largo coma y preguntó por sus dientes.
Si estas vivo, resultan muy útiles.
Reconoció, al verla, a la enfermera y le pidió que se los devolviera. Ella nos llamó alarmada y entonces el paciente nos relató en detalle lo que habíamos dicho y hecho cuando llegó muerto a urgencias del hospital.
¿Y usted qué cree?
Nuestra conciencia no es más que un retransmisor para esta dimensión de nuestro ser en varias. Es como una radio que, mientras vivimos aquí, sintoniza con este universo. Nuestra muerte sólo es un cambio de conciencia, una transición. Sólo morimos en una dimensión para pasar a otras.
¿Es una convicción religiosa?
Es física cuántica. Yo no soy creyente. Muchas religiones se han acercado a esa realidad con técnicas de paso entre esas dimensiones, como la meditación o el misticismo.
¿Cómo lo sabe?
Porque estudio casos -me consultan decenas cada día- y las experiencias son recurrentes y concurrentes: confluyen tiempo -pasado, presente y futuro: tienen visiones- y espacio en sensación de unidad.
...
Y esos testimonios de cada día coinciden con los relatos de la mística y las visiones de profetas, gurús y santos desde hace siglos.
¿Todo está
conectado?
Ven la luz (los niños me cuentan que un ángel; los ateos
hablan de "una energía" y los creyentes, de Dios). Todos se refieren a lo mismo
y que en ello se sienten integrados.
¿Por qué la ciencia lo
ignora?
Hasta ahora, la mecánica cuántica demuestra que la luz
consta de partículas que al mismo tiempo son ondas -creo que nuestra conciencia
las retransmite- dependiendo del estado del observador.
La experiencia de lo objetivo, al fin, depende de tu estado subjetivo.
Así que, desde los gurús milenarios hasta los físicos cuánticos, cuando asumes tu transición sin miedo experimentas un anticipo de esa sensación de plenitud.