El desmantelamiento de TVE regala el liderazgo a Mediaset

Hoy jueves el calor es espantoso. Entramos en el  verano metiendo un acelerón al termómetro. Acabo de llegar a casa y necesito un gintonic fresquito. Cubitos de hielo regados con zumo de lima en una copa balón, añado moderadamente ginebra London dry y relleno con mucha tónica burbujeante. Hoy tenemos Eurocopa ya en cuartos, Portugal se la juega y espero que no pase. No por los portugueses sino por ese chulo llamado Ronaldo.
Me recuesto en el sofá y leo en los digitales que a Rajoy lo han confundido con el presidente de las Islas Salomón. Ayer me dio penita verlo en la foto de familia del G-20 en México, tan solito y sin saber con quién hablar. Me sucedía igual con Zapatero. Y es que debe ser mi carácter empático que me lleva a ponerme en el lugar de nuestros presidentes en esas cumbres. He pasado de sentir verguenza ajena de Aznar, con sus pies sobre la mesa de Bush,  a nuestros dos últimos presis tan ignorados en las grandes cumbres.

Empieza el partido por Telecinco mientras me deleito con los primeros sorbos del gintonic. Telecinco, Mediaset en definitiva, se ha convertido ya en el gran imperio audiovisual de España. El otro día daban la Eurocopa, las motos y Roland Garros, simultaneamente por alguno de sus canales.

 Mediaset ha ejercido su papel de buitre carroñero del cadáver de Televisión Española. Ojo que lo de buitre carroñero no lo digo despectivamente: los directivos de Mediaset han aprovechado el desmantelamiento de RTVE para hacer su pastel más atractivo.(ver entrada desmantelamiento de TVE).
 Añaden a su tradicional programación de telebasura, barata y de grandes audiencias en esta España con el peor nivel cultural de Europa, series de ficción buenas y ahora los deportes. Consiguen así un público heterogéneo  que es lo mismo que decir éxito total.

Quien ve Factoría de Ficción, Sálvame, Divinity, Energy, a la Roja o a House, son seguramente espectadores de diferente condición social y económica. Chapeau por la eficacia publicitaria. Esto es como un antibiótico de amplio espectro para luchar contra las enfermedades derivadas de la crisis publicitaria.

Por cierto , House acaba hoy, lo volveré a ver en Cuatro aunque  el último capitulo ya lo vi en la Fox americana hace unas semanas recogido en una entrada en este blog, -criticada por alguna lectora por desvelar el final de la serie, mea culpa-.
Del doctor Gregory tuve un enamoramiento las tres primeras  temporadas para después alejarme y finalmente volverme a enganchar en esta última.









                         Arriba y............................................abajo                                                                               




                                                       
Y veo que en Televisión Española lo más significativo de la temporada es el regreso de Julia Otero prometiendo devolver prestigio al abandonado género de la entrevista -porque parece ser que en la Pública no tienen nadie capacitado entre sus centenares de trabajadores para realizarlas-.

Pero querida Julia, una parte importe de la entrevista es el entrevistado, ¿no?, no basta unicamente con tu lucimiento personal. El personaje que entrevistes debe ser lo suficientemente atractivo como para enganchar a una audiencia y   de paso dar algo de empaque a la TVE, que lo necesita en estos momentos urgentemente por vía intravenosa. Repasemos los personajes invitados en los  últimos programas: Serrat y Sabina, Anita Obregón, Cayetano Rivera...¡bravo Julia!.

 Pensé que el desmantelamiento de Televisión Española llevado a cabo por el Gobierno no iba a ser cuestión de cuatro días, pero veo que esto se está acelerando.

Mi gintonic está casi agotado y falta poco para que House se vaya metafóricamente de este mundo montado en su moto junto a su mejor amigo, Wilson. Un planeta que ha cambiado una barbaridad, tópico típico escuchado infinidad de veces.
Un pequeño ejemplo: Hace 500 años el rey en el que en su imperio nunca se ponía el sol se llamaba Felipe II. Ahora, audiovisualmente hablando, ese rey no tiene sangre azul y sí un acento italiano.

Y concreto lo de audiovisual, porque en todo lo demás los españoles sabemos de sobra que el Emperador de las Españas es un gallego que vive en Arteixo.

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