El Ministerio no quiere al mejor físico de Europa

Ya he comentado en algunas entradas la preocupante reducción casi a la miseria de los presupuestos destinados a Investigación. Comenté con mayor preocupación la afirmación hace unas semanas del ministro de Economía, Luis de Guindos, de que los investigadores debían comenzar a buscar las complicidades de la empresa privada como salida al túnel, en un claro gesto de desidia de la Administración, pues es precisamente el campo de la investigación y la innovación uno de los pocos que pueden ayudarnos a superar esta terrible crisis,
http://www.traigamelacuenta.com/2013/04/los-recortes-azotan-la-investigacion-en.html

Sin embargo tiene aún menos justificación el caso del físico Diego Martínez. Un joven crack que tras trabajar en el Acelerador de Partículas del CERN en Ginebra-el mismo que descubrió el bosón de Higgs-analizando las desintegraciones de una partícula llamada mesón B, fue fichado por el Instituto de Física de Partículas de Holanda. Tras hacerle un contrato de 3 años en uno de los mejores centros europeos, Diego decidió tras un tiempo allí, volver a nuestro país.

 Por ello se inscribió en el programa Ramon y Cajal, una iniciativa pública dependiente del Ministerio de Economía y Competitividad que busca el retorno de talentos científicos. Pero la solicitud del joven científico fue denegada por insuficiente.

Se da la paradoja que el mismo día que al joven físico le deniegan el retorno a España, la Sociedad Europea de Física le otorga el premio al mejor físico de Europa.

Pues nada Diego, a seguir formando parte de eso que nuestra estimada ministra de des-Empleo, Fátima Báñez, denomina "movilidad exterior de nuestros jóvenes". Y a seguir investigando para otros países a pesar que fuiste formado en nuestras Universidades. 

Ah, y la próxima vez no presentes tu extraordinario currículum, mírate un buen enchufe que es el c.v. que siempre ha funcionado en este país de pandereta.

     El físico Diego Martinez deberá seguir en Holanda

Entradas populares de este blog

El día que el surf tocó el cielo en Teahupoo Tahití