Madrid exporta carteristas del metro a Barcelona
Resulta que los robos en el Metro de Madrid han descendido a casi la mitad. Un dato positivo entre tanta desgracia pensarás. Una policía efectiva, quizás unos servicios de seguridad competentes, a lo mejor la causa es un sistema judicial rápido y contundente. Pues lamento decirte que la causa del descenso de los robos se debe a que la principal banda, formada por chicas y conocida como la banda de las bosnias, ha sido expulsada de la capital y desterrada a Barcelona.
Este hecho me recuerda mi experiencia con aquel vecino yonkie el cual lanzaba los excrementos de su rottweiller de 60 kilos desde su azotea a los tejados colindantes. Hecho real que por desgracia me tocó padecer en el pasado. Ahora la mierda se llama grupo de las bosnias, la azotea son los madriles, los tejados colindantes barcelona y el vecino incívico ya te puedes imaginar por donde anda.
O me recuerda otro caso real vivido una noche que regresaba de Madrid a Barcelona en autocar. Sentado en mi asiento y ya saliendo por Avenida América, me llegó un insoportable hedor a vino barato y a ropa sucia que emanaba de la parte trasera. Resultó que un cuarto del autocar estaba ocupado por homeless a los que el amable Ayuntamiento de Madrid, presidido entonces por Álvarez del Manzano, les había dado unos eurillos y un pasaje de ida a condición de trasladarse a Barcelona, según me confesó uno de los sin techo en una parada del bus de Alsa en el área de servicio de Alfajarín.
Porque algo huele a podrido cuando esta gentuza con miles de detenciones no es expulsada automaticamente. Porque algo huele a podrido cuando el ex-progre Gallardón -convertido ahora me dicen al conservadurismo más hooligan y activo por obra y gracia del Ministerio- no ataja un problema perenne en nuestra sociedad que no es otro que acabar de raíz con las bandas que vienen a delinquir impunemente a nuestro país. Porque algo huele a podrido cuando los jueces aplican su vara de medir con excesiva laxitud a la hora de juzgar a estas bandas extranjeras dedicadas al latrocinio sistemático y profesional.
