Ajustar, ajustar, hasta asfixiar

Aviso a navegantes: el PP cambia su estrategia. Ahora ya no se trata de aumentar más los impuestos -entre otras cosas porque la vaca ya no da más leche- sino de reducir los gastos reformando la Administración. O traducido, mediante el adelgazamiento de todas las Administraciones Públicas. O traducido más: mediante más recortes y tijeretazos.

Europa tiene la palabra de Rajoy que este año, como chico excelente y aplicado, ajustará en 3 mil millones más el presupuesto del Estado en aras por reducir el déficit, al objeto de poder crear los cimientos para el tan deseado crecimiento económico. Bueno, este silogismo creo que ya ni se lo cree el compostelano pues estos ajustes se traducirán para la gran mayoría en un sinónimo de más miseria colectiva. Y se prescriben, no seamos ingenuos, para que España mejore sus condiciones para poder pagar su deuda a la Banca alemana.
Pero un buen estudiante siempre hace los deberes y eso es lo que hará el presi cara a obtener buenas notas de nuestros tutores teutones.

Y ahora, como decía al inicio, la cuestión es la de como alcanzar tan preciado objetivo de miseria colectiva para unos, de ajustes de lo Público para otros. Si tenemos la vaca más famélica que el ganado en una zona desértica del cuerno de África  y los recortes ya aplicados en la Administración han sabido a poco, la clave para algunos es ir más allá planteando una reforma radical en la Administración.

 Esperanza Aguirre tira la primera piedra en su blog  http://esperanza.ppmadrid.es/ proponiendo un giro más liberal del Gobierno, una "reforma radical" como ha reiterado en una conferencia esta mañana.

Afirma que las reformas de Rajoy son insuficientes abogando por el retorno a políticas liberales de toda la vida. "Las políticas liberales son más necesarias que nunca". (Espe dixit)

Y no hay una sin dos pues a continuación va y sale el vicesecretario general del PP, González Pons, para apostillarnos que ya ha creado un grupo que estudia reformas que podrían significar una reducción del gasto en 8 mil millones para el 2014 y el 2015.


En mi opinión sí que urge una reforma de la Administración Pública. No se puede admitir el sinfín de duplicidades, de Comunidades Autónomas y Entes Locales devoradoras de presupuesto, engordadas sin control pero sin olvidar que también se ha de "adelgazar" una Administración Central ineficaz.

 En el tema más individual tampoco es de recibo que muchos sigan trincando en medio de la emergencia nacional que padece España.  Siempre he dicho que un funcionario ha de ganarse el pan, ser necesario y eficiente o de lo contrario a la puta calle. No se puede subsidiar nada ni nadie en estos momentos y justificar el sueldo mensual de un parásito con la mentira que un funcionario no puede despedirse. ¡Claro que se puede cambiando una Ley!
Ahora bien, cuando un funcionario es eficiente y necesario se le ha de apoyar más que nunca sin recortes.

Por eso suena bien la cantinela de recortar la Administración Pública si es para hacerla más eficiente, pero suena desafinada cuando se decide recortar solo como maquillaje propagandístico.

 Y escribir el estribillo aún suena peor. Porque para doña Espe es probable que sea prioritario recortar antes en la Sanidad Pública y no por ejemplo en suprimir las Diputaciones Provinciales, que cuestan la friolera de 1000 millones al año en otro caso de duplicidades inútiles. O para un cargo de CiU, por ejemplo, se prioricen recortes en Educación y no el suprimir els Consells Comarcarls que cuestan 500 millones del ala sin contar la subvención millonaria a TV3.
O se despida a un enfermero pero se mantenga la nómina al chupón asesor del partido de libre designación. Yeso sin contar las millonadas destinadas a salvar a las Entidades Bancarias, la sangría más importante de todas sin duda.

¿Reformar y adelgazar las Administraciones transformándolas en más eficaces y eficientes, como una de las soluciones para afrontar la crisis sin precedentes que padecemos, pudiendo así establecer mecanismos que nos lleven al deseado crecimiento de la actividad económica? Por supuesto, ¡claro que sí leches! Pero la pregunta del millón es por donde metemos la tijera para hacerlas más eficientes y ahí es dónde no me creo ni a Esperanza Aguirre ni a los liberales de toda la vida.

Porque intuyo que sus ajustes liberales ahondarán aún más la miseria de los españoles, funcionarios incluidos y no activaran en nada el crecimiento económico. ¿O es que la reforma  laboral un año después ha generado empleo?

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