Blur en el Primavera Sound 2013, un lifting mental
Noche fresca ayer con luna llena en el Fórum y llenita también del sabor revival de viejas glorias como los Jesus & Mary Chain, los The Breeders y por supuesto los cabeza de cartel, los Blur.
Una década después de verlos en el Razz con medio cartel vendido, muchos huecos de cemento y una banda medio disuelta y oliendo a finiquito, ayer resurgieron de sus cenizas con un no hay billetes y la afición entregada. Mucho british este año -esto parecía el FIB coño-, acompañados por los siempre fieles gabachos.
Los londinenses salieron con una puesta en escena formada con dos pares de coristas y sección de vientos. Nos repasaron, a falta de nuevo currele, sus viejos hits -y de ellos tienen para parar un carro- Destaco a bote pronto Country House, Tender, End of a century, Caramel, Parklife y un final apoteósico con The Universal y Song 2, os inserto los vídeos.
Sinceramente no fue algo novedoso ni una puesta en escena virtuosa, pero escuchar a Blur en directo me hizo revivir mi lejana etapa britpop con sesiones noctambulas wiskeras en aquel Karma de finales de los noventa en la Plaza Real.
Y solo por eso, por el lifting mental ni que sea durante dos cortas horas, valió la pena disfrutar de la noche con el peaje de pagar unos precios desorbitados que en tiempos de crisis sólo los guiris y algunos hipsters ibéricos pueden permitirse.
Una década después de verlos en el Razz con medio cartel vendido, muchos huecos de cemento y una banda medio disuelta y oliendo a finiquito, ayer resurgieron de sus cenizas con un no hay billetes y la afición entregada. Mucho british este año -esto parecía el FIB coño-, acompañados por los siempre fieles gabachos.
Los londinenses salieron con una puesta en escena formada con dos pares de coristas y sección de vientos. Nos repasaron, a falta de nuevo currele, sus viejos hits -y de ellos tienen para parar un carro- Destaco a bote pronto Country House, Tender, End of a century, Caramel, Parklife y un final apoteósico con The Universal y Song 2, os inserto los vídeos.
Sinceramente no fue algo novedoso ni una puesta en escena virtuosa, pero escuchar a Blur en directo me hizo revivir mi lejana etapa britpop con sesiones noctambulas wiskeras en aquel Karma de finales de los noventa en la Plaza Real.
Y solo por eso, por el lifting mental ni que sea durante dos cortas horas, valió la pena disfrutar de la noche con el peaje de pagar unos precios desorbitados que en tiempos de crisis sólo los guiris y algunos hipsters ibéricos pueden permitirse.
