El LAPAO es un "lapo" a la cordura

Vaya por delante que he tenido amigos y conocidos aragoneses, incluso familia y aunque no me gusta generalizar ni entrar en argumentos que vinculen el carácter humano a un territorio, siempre he dicho que no he conocido hasta hoy un aragonés mala gente. Tozudo como mula sí, pero mala gente no.

Por ello me ha decepcionado enterarme que hace unos minutos el Pleno de las Cortes de Aragón, gracias al rodillo del PP y del Partido Aragonesista, ha aprobado cambiar el nombre que se le daba a la lengua que hablan los aragoneses que habitan limítrofes con Catalunya, lo que se conoce como La Franja.

 A partir que se publique en Boletín de la Provincia estos aragoneses ya no hablaran catalán sino lapao. ¿Error tipográfico se preguntará usted amable lector? No, ha leído bien, LA-PA-O, el acrónimo de Lengua Aragonesa Propia del Área Oriental. Y el aragonés, acabo de enterarme que existe esta lengua, pasará a llamarse a partir de ahora  lapapyp, que significa Lengua Aragonesa Propia de las Áreas Pirenaica y Prepirenaica.

Entiendo ahora la causa por la que el resto de formaciones políticas abandonaron en su día la surrealista Comisión en las Cortes de Aragón que ha tratado este tema.

Creo que es indudable que todos los estudios serios históricos y filológicos hechos hasta hoy consideran que el catalán es una lengua milenaria que se habla en Catalunya pero también en zonas geográficas limítrofes. Es como si dijésemos que un argentino no habla castellano sino argentino, y un chileno idem y así subiendo el continente latinoamericano.

 Ya tuvimos show pepero hace años, con Aznar en Madrid y Zaplana en Valencia, cuando se empeñaron en saltarse consideraciones de expertos y elevar el valenciano por razones electorales a categoria de lengua propia, presionando a la Unión Europea para que realizase traducciones de sus trabajos al catalán y al mismo tiempo al valenciano. 

Como catalán he de añadir que tampoco he aprobado que ciertos sectores nacionalistas desde Catalunya sigan creyendo que Jaume I está vivo, con ejemplos como el informativo del tiempo de TV3 el cual exhibe diariamente un mapa-croma conjunto de Catalunya junto a la Comunidad Valenciana y de las Baleares, como si aún existiese en el siglo XXI ese ente territorial denominado Països Catalans. O que denominen a la Comunitat Valenciana como País Valencià en contra de lo que al respecto señalan sus leyes, guste más o menos, pero hemos de denominar a un territorio como desee la mayoría de sus habitantes.

Volviendo al LAPAO, supongo que la presidenta de Aragón, Luisa Fernanda Rudi Úbeda, estará ahora recostada en su despacho del edificio Pignatelli la mar de contenta, pues no cada día se inventan no una sino dos lenguas.

La visualizo casi tan contenta como aquel lejano día en el que siendo un chaval  visité Zaragoza en Semana Santa. Encaramado a un muro me aposté delante de una Iglesia, de la que no recuerdo el nombre, pues de allí salía una procesión. Finalmente tras una larga espera se abrió la puerta de la Iglesia apareciendo la Rudi, entonces alcaldesa, debidamente vestida con la reglamentaria mantilla negra encabezando en solitario la procesión y alzando a la par un Cristo. Siempre detrás, el paso. Y recuerdo aquel niño que, en su lógica ignorancia vital, le preguntó a su madre sí aquella señora de negro que abría la procesión era una santa bajada del altar mayor.

Aquella tarde era el paso de Semana Santa y esta mañana es todo el pueblo aragonés el que va detrás de las chorradas megalómanas de unos pocos que cobran del erario público. Los mismos que siguen recortando lo esencial o en su inacción siguen sin dar soluciones para salir de la crisis, crear empleo y dar un futuro mejor a la ciudadanía aragonesa para la que se deben.


Entradas populares de este blog

El día que el surf tocó el cielo en Teahupoo Tahití