En primavera la corrupción me altera

Convergència se reunió este fín de semana para cambiar a Pujol padre por Pujol hijo al frente del partido con el permiso del espíritu santo Artur Mas. También para anunciar que  por supervivencia, ahora sí, el objetivo político número 1 será conseguir el concierto económico comenzando como mínimo por un pacto fiscal. Todo lo que no sea esto puede condenar a la Generalitat a la inoperancia o lo que es peor si la situación económica no repunta, a la fallida.

Pero de lo que no se habló en las ponencias y discursos fue de cómo atajar la corrupción que en el seno de CDC comienza a ser preocupante. En poco más de un año y focalizado en la Diputació de Barcelona, gobernada de facto ahora en solitario por CiU tras la espantada de Fernández Díaz del PP, los escándalos no hacen más que sucederse.

El coordinador general de la Diputació, Josep Tous, fue detenido hace unos días por la Guardia Civil en coordinación con la Agencia Tributaria, por un caso de presunta trama de influencias en la concesión de estaciones de la ITV.
Junto a Tous fue detenido también el Subdirector general de Seguridad Industrial, Isidre Masallas. Como imputada aparece el nombre de Margalida Gil, la directora del Gabinete Juridico de la Generalitat.
Pero es que Josep Tous ocupó hace unos meses el cargo substituyendo a Josep Maria Matas que fue destituido tras ser investigado por su etapa al frente de la Asociación Catalana de Municipios por practicar el negocio más antiguo del mundo después de la prostitución que no es otro que montar una empresa y después adjudicarle contratos públicos que uno firma.


                                
                                                       Vídeo detención Isidre Masalles

Esta mancha de corrupción aparece después del indulto que la semana pasada concedió el Gobierno de Rajoy al ex secretario general del Departament de Treball de la Generalitat en época de Pujol, Josep Maria Servitje, condenado a cárcel por malversación de caudales públicos. También fue indultado un empresario implicado. Sin duda alguna, las buenas obras de Duran Lleida en Madrid han dado sus frutos.

CiU, la fuerza política hegemónica en Catalunya en estos momentos, ha de atajar cualquier atisbo de corrupción intensificando sus controles internos. Porque si la corrupción siempre es deplorable por la ciudadanía, en los terribles momentos económicos por los que atravesamos, la corrupción es vista con mayor virulencia.

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