Cayeron Barça y Madrid en Champions y todos contentos

Deplorable es mofarse del rival del mismo país cuando cae en una competición internacional, y eso es lo que ayer hicieron la mayoría de seguidores del Barça y por supuesto lo que hicieron la mayoría de seguidores del Madrid un día antes.

Esta actitud refleja en gran medida muchas de las cosas que suceden en esta España de rojos y azules, del sur y del norte, de nacionalismos y centralismos, del Madrid o del Barça. Visceralidad con enemistad manifiesta que se traslada a todos los ámbitos.  Un país en el que los órganos judiciales llevan meses y años bloqueados por falta de quorum. Un país en el que se prefirió para Endesa un propietario italiano, antes que una empresa catalana. Un país en el que los partidos no se ponen de acuerdo ni para escoger al jefe de RTVE. Un país en el que durante años un cambio de signo político se llevaba por delante hasta el logotipo y el color de los ministerios. Un país en el que el sectarismo y el corporativismo siguen vigentes como el primer día de la democracia. 

El Barça y el Real, el Madrid y el Barcelona, son los mejores clubes de fútbol de Europa, pero no estarán en Munich. Ni el Chelsea ni el Bayern son los verdugos, los verdugos respectivos distan sólo 600 kilómetros. El duelo mental fratricida se ha llevado por delante la presencia de un equipo español en la final. El mal sabor de boca de los hinchas  sólo es a medias porque el eterno rival también la cagó, y eso es lo deplorable.

Que una cosa es el cachondeo entre culés y merengues del que yo mismo formo parte. Con ironía, con savoir faire, con cachondeo, ¡forma parte de nuestra idiosincrasia!, pero entrar en actitudes editorialSport o roncerismos de medio pelo, de revanchismo puro y duro, es hacerle un flaco favor a un país y a un deporte.

O quizá yo soy tan ingenuo y aún no me he dado cuenta que aunque tengamos el mismo pasaporte somos países-estados diferentes. Será eso.

Ayer cayó el Madrid, el mismo día que el ministro Wert a instancias de Bruselas, les decía a los clubes que se acabó la insumisión fiscal. Quien no pague verá retenido sus beneficios por derechos televisivos. Casi 800 millones de euros de deudas con Hacienda tienen los clubes de fútbol, los mismos que siguen fichando estrellas multimillonarias con goteo de comisiones por en medio dentro de una España en bancarrota. Ayer pues,una de cal, otra de arena.

Y del duelo de ayer en el Bernabeu me quedo con dos fotos. La que circula por Twitter del penalty errado por Ramos y la de Mourinho de rodillas momentos antes del lanzamiento de este penalty.


                                 El balón lanzado por Sergio Ramos recogido en la Estación Espacial

                                                ¿Orando en Fátima?... no, haciendo otra de sus gilipolleces


Entradas populares de este blog

El día que el surf tocó el cielo en Teahupoo Tahití