La Sanidad dejará de ser barra libre para los inmigrantes

España atraviesa la peor crisis de su historia y todo recorte es poco. La mayoría de gastos se destinan en los Presupuestos a Educación y Sanidad, no en vano 3 de cada 4 euros gastados en las CCAA ha sido destinado a estos conceptos. Es por ello que el Gobierno tiene como prioridad aplicar medidas que ayuden a sufragar el déficit sanitario.

Aparte del copago en los medicamentos es llamativa la decisión del Gobierno de retirar la tarjeta sanitaria a los inmigrantes irregulares a partir del 31 de agosto. Se calcula que afectará a unos 150 mil extranjeros en situación irregular y significará un ahorro de 500 millones de euros.

Podemos ver más allá y suponer que la negación de atención sanitaria a los irregulares puede crear un problema de salud pública. Si tal medida no va pareja con un endurecimiento de las expulsiones, claro que supondrá un problema. Por ejemplo, ¿qué hubiera pasado en el barrio del Raval de Barcelona cuando hace unos años se declaró un episodio de tuberculosis en inmigrantes asiáticos, si no hubieran tenido asistencia sanitaria? Pues nada bueno no lo duden cuando hablamos de una enfermedad erradicada en aquel momento y altamente infecciosa y contagiosa.
No se trata pues de negar asistencia sanitaria al irregular justificando un ahorro de 500 millones en los presupuestos, sino de cumplir la ley de extranjería y expulsar al inmigrante irregular o de realizar controles previos de salud a los que llegan.

Lo positivo de tal medida es que cortará en seco uno de los mayores argumentos del efecto llamada en la inmigración,  aquel de ventepaespaña que aquí trabajo no hay pero tenemos sanidad gratis.

                                                    La tarjeta sanitaria dejará de rifarse como en la feria

El portavoz del PP en el Congreso, Alfonso Alonso, ha dicho hoy que el sistema sanitario español no puede ser un coladero calificando de fraude el uso que de el hacen los inmigrantes irregulares. "Cuando decimos Sanidad es universal en España no es para el universo mundo sino para los españoles y los residentes" ha apostillado a TVE.

A ello se suman las críticas de diversos consejeros autonómicos por el uso que muchos turistas y residentes europeos hacen de la tarjeta sanitaria europea en especial en zonas con jubilados residentes del norte de Europa.

Otro caso es el de los trabajadores rumanos  que vinieron a trabajar a nuestro país y que después han vuelto al suyo por la crisis. El consejero de Salud de Castilla-La Mancha ha denunciado que estos son atendidos en los servicios de salud de Rumanía presentando la tarjeta sanitaria europea expedida en España, por lo que las administraciones rumanas derivan a las españolas  el pago de las facturas de dichos servicios sanitarios.
 Resumiendo, que un rumano es atendido en Rumanía y hemos de pagarlo los españoles. Kafkiano lo ha definido el consejero y nunca mejor dicho.

Todo es consecuencia de la no trasposición de la directiva nº 7 de la Unión Europea, un regalito de Zapatero que permite a cualquier extranjero, inmigrante o turista, ser atendido sin que se le cobre nada. Por el contrario si usted o yo enfermamos  y somos  atendidos por los servicios sanitarios de otro país europeo, ese país sí que le pasará la factura a la Administración española.

¡Pero qué espléndidos eramos antes,  qué despilfarro!

Entradas populares de este blog

El día que el surf tocó el cielo en Teahupoo Tahití