Humor contra el cáncer. The tutú project.

El cáncer, esa terrible enfermedad. Escuchar su nombre estremece. Hoy en día, la medicina gracias a la quimioterapia, ha permitido que cáncer no equivalga a muerte, y por eso hemos de ser valientes y luchar por la victoria.
En poco menos de tres meses mis padres fueron diagnosticados de cáncer del cual felizmente se han recuperado. Un mazazo por partida doble que no supe como afrontar. Sin embargo sí que recuerdo aquel día en el que mi madre, en los inicios de un temible linfoma no hodgkin de células B difuso en estadio IV, tan débil como una hoja de  papel de arroz, se partió de risa con una de mis jaimitadas al salir de unas pruebas en el hospital.
 Ese día le contaba que me había acercado a una ventana con cristal opaco a peinarme, pensando que era un mero vidrio decorativo. Desconocía que detrás se escondía una cafetería con decenas de personas desayunando, la cuales debieron de alucinar al observar a ese tipo que se acicalaba poniendo caretos extraños ante el improvisado espejo.
La risa de mi madre sirvió para mentalizarme que el buen humor es la mejor terapia que podemos transmitir a nuestros familiares enfermos.

Eso es lo que ha hecho el fotógrafo estadounidense Bob Carey. Su mujer fue diagnosticada de cáncer hace unos años y Bob decidió darle risa como medicina. Se vistió con un tutú rosa y recorrió diferentes lugares de la geografía de los EEUU, iniciando lo que más tarde se ha convertido en http://www.thetutuproject.com/, ahí podéis ver todas las fotos de Bob en tutú.

Recopiló las fotografías, editó hasta un libro con ellas, destinando los beneficios a proyectos de lucha contra el cáncer.

"El cáncer nos ha enseñado que la vida es buena. El tratamiento de la enfermedad es díficil y, a veces, lo mejor que podemos hacer es enfrentarnos un día tras otro, reírnos de nosotros y compartir nuestras sonrisas con otros", dice Bob en su página web.


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